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Hace tiempo que una serie no causaba tanto revuelo como 13 Reasons Why. Y no precisamente por ser un programa entretenido o por tener un elenco de conocidas estrellas. El impacto que ocasiona es más bien por el contenido dramático de esta; un remezón a la conciencia que te deja vulnerable frente a esa cruda realidad en la que vivimos.
Tal como comentábamos con el resto del staff de Cinebooom por Whatsapp: no cuenta como spoiler decir que la protagonista está muerta, porque desde el comienzo de la serie ya se sabe que cometió suicidio. Así que tranquilos, porque no planeo ahondar en detalles acerca de lo que acontece en la serie.
13 Reasons Why se hace difícil de ignorar. Más allá del tema central de la serie (un suicidio), el programa destaca por generar una atmósfera tan real que asusta.
A través de sus personajes, somos testigos de una historia con múltiples aristas, donde la verdad se vuelve subjetiva según quien la cuente. Porque además de abordar los típicos problemas adolescentes, que incluyen los primeros amores, las fiestas y los excesos, la serie nos lleva por el camino de la introspección a través de sus personajes. Nos hacemos participes de la historia, involucrándonos a nivel emocional.
Resulta imposible no hacerse parte del relato o encariñarse con sus personajes, porque al fin de cuentas, se hace imposible no sentirse identificado con lo que vemos. Y no solo hablo de recordar vivencias pasadas; viejos amores, las primeras resacas o el bullying que sufrimos en nuestra adolescencia. Me refiero a ese sentimiento de soledad que siempre nos acompaña. Al miedo de sentirnos insignificantes ante el mundo y vernos sobrepasado ante las decisiones que tomamos. Porque todos nuestros actos tienen consecuencias, y nunca se está lo suficientemente preparado para enfrentarlas.
Aquí es donde 13 Reasons Why nos remece. Aquí es donde la realidad nos alcanza: cada uno de nuestros actos tiene un repercusión, tanto en la vida de nosotros como en la vida de quienes nos rodean. Esta es la vida señores. Esto significa ser adulto: hacerse responsable de nuestros propios actos, aceptar las repercusiones y aprender a vivir con ellas.
13 Reasons Why nos lleva precisamente a darnos cuenta de esta verdad universal. Nos entrega un recordatorio de que no estamos solos en este mundo. Que la realidad de cada uno es distinta e igual de importante. Porque lo quieran o no, el ser humano necesita de la interacción con un otro. Y aquí es donde la serie logra su cometido; generar un sentimiento de empatía. Algo que ya casi no vemos en la vida diaria.
Más que una buena serie juvenil, 13 Reasons Why es un excelente drama para adultos, pero que va dirigido a los jóvenes. La primera serie juvenil que trata al espectador como un adulto. Sin maquillar las situaciones, nos muestra la realidad tal cual es; cruda y poco amigable.
13 Reasons Why se convierte en una herramienta de ayuda esencial para los jóvenes. Un material didáctico del cual se puede sacar mucho provecho, tanto para padres e hijos, y para generar una instancia de diálogo frente a temas que, pese a la época en la que estamos, siguen siendo tabúes. Como para renovar esos viejos libros de «Juventud en Éxtasis» y cambiarlos con algo que se acerque un poco más a la realidad actual de los jóvenes.
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