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Este viernes llegó a nuestras pantallas 13 Reasons Why, una nueva producción de Netflix, que mezcla el drama y el misterio con la historia de un suicidio.
Sinopsis: 13 Reasons Why sigue a Clay Jensen, un adolescente que al volver a casa de la escuela encuentra una caja misteriosa con su nombre en la puerta. Dentro de esta caja descubre cintas grabadas por Hannah Baker -su compañera de clase y amor platónico-, quien trágicamente se suicidó dos semanas antes. En las cintas, Hannah explica que fueron 13 razones las que la llevaron a decidir terminar con su vida. ¿Será Clay una de ellas?
No se dejen engañar. El trailer y los actores pueden anticipar que se trata de una serie juvenil para todas las edades, pero la verdad es que el contenido rápidamente se torna denso y oscuro, lo que justifica la restricción para mayores de 16 años que le asignaron.
Cada episodio narra la historia de una de las razones del suicidio de Hannah, es decir, de uno de los personajes. De esta forma, el misterio desespera y aumenta las ganas de resolver las incógnitas en un solo episodio. Pero Netflix se toma su tiempo y desarrolla cada razón de forma completa y redonda.
La construcción de la historia es increíble. Los capítulos dejan ciertos cabos sueltos que más tarde son retomados, entretejiendo una trama que logra atrapar al público y con ganas de seguir viendo qué pasará.
El elenco se siente perfecto. Los protagonistas, Hannah (Katherine Langford) y Clay (Dylan Minette), comparten una buena química en pantalla y parecen haber nacido para el papel que interpretan.
Además, por lo general, las series o películas que tienen como escenario una secundaria caen en los cliches mal actuados y falsos. En 13 Reasons Why, si bien hay varios estereotipos de las escuelas gringas, cada actor interpreta su rol de forma natural, sin verse forzoso ni sobreactuado.
Lo que más llama la atención es la calma de la protagonista con la decisión de su suicidio; el tener todo planeado, preparar las cintas, armar un plan y, finalmente, hacerlo.
Todo esto hace que la serie hable del tema del suicidio de un punto de vista inocente y objetivo. Resulta chocante en un principio; incluso la intro es el reflejo de un tema denso tratado como algo más ligero y juvenil, llegando a ser el perfecto resumen de lo que la serie está por contar; las razones de un suicidio presentadas como una historia adolescente pero con escenas fuertes.
Es una serie en la que ya sabes cuál es el final pero que aún así quieres saber qué pasó para haber terminado así.
Los invito a empezar 13 Reasons Why. Van a querer terminarla en una maratón y los tendrá pensando todo el día en qué pasará en la siguiente cinta. Lo mejor de todo es que cuando crees que ya entendiste lo que está pasando, las cosas vuelven a cambiar.
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