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Sorpresivamente Netflix dio el visto bueno a su primera serie derivada de un videojuego. Algo más impresionante aún era que el espectáculo se basaba en «Castlevania«, una franquicia de juego largamente dormida, más conocida por ser bastante difícil de jugar. Su historia era algo secundario (en el mejor de los casos), y los primeros juegos implicaban extraños diálogos, que eran mal traducidos del japonés. Con esta mezcla rara de elementos ¿La serie lograría ser capaz de salir adelante?
Sinopsis: Debido a la ignorancia de los humanos, el último miembro sobreviviente de la familia Belmont deberá luchar para salvar una Europa asediada por un ejército de bestias de otro mundo controladas por el mismo Drácula. Inspirada en el clásico videojuego.
Debido a las limitaciones que tenían las consolas de la época, los primeros juegos de Castlevania no eran exactamente conocidos por su atención a la trama, o la narración en general; por lo que muchos fans dudaban del resultado de una serie animada… sobretodo si consideraba el historial que actualmente poseen las adaptaciones de videojuegos (cuya mayoría han terminado siendo un fracaso).
Pero en contra de todas las expectativas (y la lógica), resultó que «Castlevania» logró sorprendernos gratamente. La serie es en realidad una de las adaptaciones más recomendables y fieles al juego, entregando un producto repleto de intriga y acción, siguiendo la historia de “Castlevania 3: La maldición de Drácula”. Este enfoque logra crear una historia suficientemente familiar para ser apreciado por los fanáticos, pero también, lo suficientemente simple y atractiva como para que los recién llegados puedan mantenerse al día y disfrutarla.
En el aspecto visual, Castlevania es absolutamente impresionante. La animación es esplendida y fluida, en especial en escenas que involucran fuego, y las escenas de acción logran generar un ambiente para mantenerte en el asiento, acompañado de la enorme cantidad de violencia y sangre.
En términos artísticos, la serie todavía conserva muchas de las raíces japonesas del juego, pero al mismo tiempo, utiliza un estilo influenciado por ilustraciones góticas y barrocas, las cuales se aplican de manera excelente en el contexto de la serie.
La crítica general es la duración de la serie, debido a que la primera temporada está compuesta por solo cuatro episodios, cada uno con una duración de 20 minutos. Aunque encuentro este punto valido, debido a que quede con ganas de más, no veo realmente esto como algo malo, ya que siento que esta temporada es como un «episodio piloto», realizado para poder introducirte y venderte el programa, y así, poder crear más. Si algo significa, es que tienes menos razones para no verlo.
En conclusión, y como había mencionado antes, Castlevania es una serie sumamente recomendable para la gente relacionada y no relacionada con el videojuego. Logra integrar la acción de la franquicia, pero sin dejar de lado la estética y el ambiente. Incluso, ayuda a expandir el universo entregando una mayor personalidad a los lugares, pero en especial a los personajes, los cuales originalmente ni siquiera hablaban. Por lo que se espera con ansias la siguiente temporada, que ya fue anunciada.
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