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Este 4 de Abril se estrenó «Mátalos Suavemente» (Killing them Softly). Protagonizado por Brad Pitt y dirigido por Andrew Dominik, se nos presenta como un film con un fuerte trasfondo político en donde el gran protagonista es el dialogo que se establece entre los personajes, entregando un guión que deja de manifiesto una reiterada critica al gobierno americano. Al mismo tiempo, cabe decir que está bien dirigida y cuenta con secuencias y encuadres bastante interesantes.
«La mafia se siente amenazada cuando unos desconocidos asaltan a los asistentes en una partida de póker. Los capos acuden al investigador Jackie Cogan (Brad Pitt) para encontrar a los culpables, responsables de una serie de robos a casinos protegidos por los propios mafiosos. Sin embargo, la misión de Cogan se complica entre indecisos, estafadores de segunda, asesinos cansados… y la situación comienza a degenerar poco a poco.»
Como ya habíamos mencionado, durante la película constantemente se entrega un discurso fuerte y critico sobre el funcionamiento de la sociedad y economía americana. Reflejándose tanto en escenas simples con inteligentes intervenciones en locución de radios o televisores, como en conversaciones entre los mismos personajes. Escapamos del típico formato de película de mafiosos, aquí no tenemos disparos a sangre fría o un simple ajuste de cuentas, todo lo contrario, tal y como lo asegura su protagonista… a él le gusta matarlos suavemente, por lo que todo el film se desarrolla en base a cómo este asesino a sueldo insatisfecho con su sociedad se relaciona con su mundo. Un mundo que en ocasiones transcurre muy lento, con secuencias muy largas que en ocasiones tienen una notable intención de ser artísticas e incluso experimentales.
Sin duda es digno de admirar que, de alguna forma, el director nos introduce en la realidad de cada uno de los personajes que presenta, no sólo del protagonista, también de los secundarios. Lo cual logra a través de las conversaciones con leves insinuaciones al pasado y a las proyecciones de cada quien. De esta manera tenemos un mundo más complejo.
Hay muy buenas interpretaciones, los actores logran transmitir mucho en lo que parece ser una conversación simple de sobremesa y esa es su mayor fortaleza. Por otro lado, hay que agregar que la dirección fotográfica no pasa desapercibida y en determinadas escenas, especialmente en las que se aplica el efecto de slow motion, se roba totalmente nuestra atención.
Aunque la película es un tanto lenta, toca un tema interesante y lo aborda de manera inteligente. El problema es su constante reiteración crítica, pues esto a veces frena la trama y alarga las secuencias. Aún así, se deben destacar los encuadres en slow motion que le entregan un estilo propio al film. En lo personal, considero que la mejor escena es justamente el final, pero para saberlo tendrán que ir a ver la película.
Recomendado para los amantes de guiones elaborados.
PD: si quieres acción, esta no es tu película
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