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Cuando el actor realmente sabe actuar y consigue una correcta interpretación incluso la historia más simple cobra un profundo significado. Y es que es exactamente el hecho de presentar este tipo de elementos, sin grandes complicaciones ni giros dramáticos, donde está el verdadero desafío.
Larry Crowne (Tom Hanks) es la historia de un hombre de mediana edad que ha da todo de sí mismo en su trabajo y diario vivir, pero que al ser despedido se da cuenta de que la sociedad no le permite salir adelante si no cuenta con los estudios necesarios. Por esta razón, buscando entregarle un nuevo rumbo a su vida y a pesar de tener graves deudas con su hipoteca, Larry decide volver a la universidad a estudiar. Ahí conocerá a diversos personajes, sus compañeros de clases y amigos, que lo incitarán a cambiar. En este proceso, a su vez, comenzará a interesarse por su atractiva profesora (Julia Roberts).
De esta manera, a través de los pequeños cambios, se nos va entregando esta dulce historia donde un hombre recobra el gusto por vivir. Ya que, aunque el protagonista no lo note conscientemente, se esfuerza al máximo por disfrutar su día a día, pero al mantenerse en esta constante tensión de mantenerse a flote en todo momento, termina por estar inconforme con su situación actual.
Cabe decir que Tom Hanks no sólo protagoniza la película, también es el director y guionista de la misma y aunque es cierto que no hay gran profundización en los personajes con respecto a sus conflictos, a pesar de que sí se nos presentan aspectos para este tipo de temáticas, como por ejemplo; el desempleo del mismo protagonista o el fracaso matrimonial de Roberts. Lo cual los aleja de la realidad, pero que no por eso los hace menos creíbles.
A fin de cuentas, Larry Crowne no busca entregarnos un personaje “real”, no nos ofrece un drama repleto de conflictos. Es todo lo contrario, se nos presenta una historia simple, limpia y optimista. Alegre e irónica en muchos sentidos. En pocas palabras, se nos ofrece un mundo capaz de representar el estado emocional de las personas que se identifiquen con la situación relatada. Donde la propia forma de ser del protagonista, alegre e inocente, le permite enfrentar sus problemas con una mirada lo suficientemente optimista para no encontrar rival alguno ni plantearse alguna barrera para aceptar el cambio.
Sin duda, el hecho de tener a dos grandes y clásicos actores como protagonistas, le permite al film potenciarse y evitar pausas indeseadas. Ya que recordemos, la historia no tiene giros dramáticos, es plana y, de hecho, no sería capaz de evolucionar de no ser porque los personajes que la componen están bien representados y se complementan entre sí. Y es este elemento el cual le brinda al relato un ritmo constante, sin pausas ni contratiempos, agradable e inclusive tierno.
Lo más interesante es que pese a la notable cantidad de personajes secundarios, ninguno está hecho al azar ni pierde su tiempo. Todo lo contrario, cada uno aporta su granito de arena con su particular carácter y, de alguna forma, todos parecieran estar unidos por ese gusto nostálgico por los accesorios del pasado que está tan de moda últimamente. Pero que tal y como mencione antes, no están ahí porque sí, sino que potencian la historia del protagonista, dotándolo de gracia y humor. Una agradable sorpresa entre dichos personajes, es “Talia”, la cual tiene un gran peso dentro del cambio de Crowne.
Por otro lado, debemos agregar, que más que ser una comedia romántica es una película centrada en la vida, desarrollo y evaluación de su personaje protagonista. Un film que podría pasar desapercibido pero que representa un gusto y placer para todo aquel que la vea. Recomendable, sin duda, nos brinda un momento agradable frente a la pantalla. Dedicada especialmente a todos los seguidores de Tom Hanks.
Stephanie V.B.
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