[Crítica] «8 Minutos Antes de Morir»: Ágil Entretención

8 Minutos Antes de Morir es el nuevo trabajo de Duncan Jones, hijo de David Bowie, el cual debutó anteriormente con Moon (2009) y desde ya, muchos lo alaban por su calidad y talento. En esta ocasión, nos ofrece un film inteligente que se construye a base de viajes en el tiempo y realidades paralelas, sin duda, una temática que hemos visto con anterioridad pero que no deja de ser interesante. Entregándonos un guión bien trabajado que logra mantener un correcto equilibro y permite comprender rápidamente la trama pese a lo fantástico de lo que relata, lo que contribuye a otorgar agilidad e intriga a la historia.

Cuando el capitán Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) se despierta desorientado a bordo de un tren, una atractiva desconocida le habla como si se conocieran desde siempre, aumentando su confusión, al mirar su reflejo en un espejo descubre que no “está en su cuerpo” y por si fuera poco, antes de poder llegar a comprender lo que ocurre, el tren en que el que viaja rumbo a Chicago explota sorpresivamente. Al volver en sí, se da cuenta de que está encerrado en una capsula y se entera de que es parte de una misión secreta para encontrar la bomba que detonó al tren. Pero para lograrlo deberá suplantar la identidad de un completo extraño que haya estado en el accidente, de esta manera, hace uso de un programa especializado llamado “Source Code”, el cual le permite al usuario adoptar la identidad de una persona durante los últimos ocho minutos antes de que termine su vida. En el caso de Stevens tendrá que evitar la amenaza inminente de una serie de ataques terroristas investigando entre los posibles sospechosos del tren, por lo que revivirá el incidente una y otra vez, tratando de reunir las pistas necesarias para encontrar al culpable y evitar un desastre masivo.

Realmente interesante la idea de volver una y otra vez a estos últimos “8 minutos”, pues permite al espectador sentirse parte de la entrega al intentar descubrir el culpable que agobia al protagonista, puesto a que cada vez que este vuelve, la realidad, los elementos y actitudes de las personas, varían.

Correcta elección con respecto al actor protagonista, ya que Gyllenhaal está hecho para este tipo de papeles; héroes no del todo reconocidos que salvan el mundo mientras luchan contra el reloj. Sin duda, nos ofrece una interpretación bastante creíble y que se adapta con facilidad al género. Con respecto al resto de los personajes, en general, no hay mucho que destacar, pues todos cumplen con estereotipos típicos en los que se profundiza levemente en su forma de razonar o simplemente no se hace. Esta película se trata del personaje de Stevens y los focos de atención son todos para él, inclusive en el aspecto romántico al momento de agregar el personaje de Christina (Michelle Monaghan) quien se convertirá en la razón del capitán para volver a los mortales 8 minutos e intentar salvarla.

Como es lo normal al tratarse de una película en la que la línea de tiempo gira constantemente sobre sí misma, deben establecerse algunas reglas y hay que tener especial cuidado al momento de revelar la información que compone el mundo creado. Por lo que conforme avanza la historia, se nos entregan más detalles del programa que se utiliza para recrear los vitales ocho minutos. Explicándonos y destacándonos que la misión del piloto no es impedir que el tren explote, ya que al tratarse de biotecnología, sólo es posible recrear una realidad virtual a base de recuerdos en la que no se pueden alterar los hechos ya ocurridos, lo cual sólo permite encontrar al responsable para evitar los futuros accidentes en cadena y NO el que ya ha ocurrido.

Pese al cuidado y dedicación empleados en el guión, al momento de revelar un importante dato sobre el protagonista, el cual dará un giro a la historia, casi inevitablemente se perderá la potencia de la narración debido al poco aprovechamiento del elemento entregado, desencadenando el punto débil de la película… el final. Que resulta ser poco satisfactorio ante la propuesta que se nos había narrado a lo largo del film. Pues para los espectadores, seguidores de este tipo de entregas, seguramente se les adelantará lo que ocurrirá en el final. Lo que termina por debilitar la película, reduciendo el impacto del clímax.

Finalmente, debemos decir que “8 minutos antes de morir” es una interesante propuesta, intrigante y bien construida con respecto a su desarrollo pero con un final un tanto inestable. Aun así, cabe recordar que este debe ser juzgado por cada uno de ustedes, pues el debate siempre es abierto. A su vez, destacamos que aunque es un film básicamente de acción es capaz de integrar la ciencia ficción y un poco de romance, en pocas palabras; un film entretenido, pero nada extraordinario.

Stephanie V.B.