[Crítica] “Demonio”: de vuelta a los viejos recursos

Del mismo director de “Actividad Paranormal” y “El juego del miedo”, James Wan nos ofrece en esta ocasión una historia sin grandes ambiciones pero capaz de mezclar alguna que otra referencia del antiguo cine de terror, sumado a diversos recursos audiovisuales que generen la atmósfera deseada.

En palabras más simples; “Demonio” no busca ser algo nuevo, sino que intenta recuperar el terror de antaño donde se priorizan los momentos de suspenso y tensión. Algo, sin duda, efectivo al momento de la verdad (o sea, si logra asustarnos o no).

La historia trata de un matrimonio joven con tres pequeños hijos que se mudan a una gran casa y desean comenzar una nueva vida. Pasado un tiempo, uno de los niños cae en un inexplicable coma que desconcierta la vida familiar y por si fuera poco, comienzan a desencadenarse una serie de extraños sucesos que atormentaran, principalmente, a la madre de los niños y la llevarán a indagar y tratar de conseguir la verdad.

El inicio es lento e introductorio, con actores que no logran destacar, pero que pese a ello y conforme avanza el film se consigue agregar elementos interesantes en su trama. Tales como la explicación que se le otorga a los sucesos paranormales que viven los personajes, junto a la intervención de determinados personajes secundarios que aparecen en la segunda mitad de la película.

Con respecto a la dirección, debemos decir que todos los recursos audiovisuales están pensados para generar el ambiente clásico de una película de terror. Juegos en los enfoques de cámaras, uso de diversos filtros, primeros planos y lo que sin duda es imperdible; música incidental. Pues, Demonio, más que efectos especiales, presta atención a la edición de video y sonido. El susto ya no es solo una insinuación (algo muy de moda en los últimos tiempos). Saben que estamos esperando que algo aparezca y efectivamente lo hace, tanto así que la aparición de los fantasmas se manifiesta con fuerza.

Ahora, sobre esto último, es necesario agregar (para que no se decepcionen al momento de ver la película) que los susodichos “demonios” parecen sacados de un circo. Es decir, pese a que logran su cometido de sorprendernos, posiblemente más de una vez, creo que si se le hubiera dado mayor dedicación a la producción de estos “entes”, se habría logrado un efecto mucho más aterrador, ya que una vez pasado el sobresalto, muy bien logrado por el sonido y los movimientos de cámara (como mencionamos anteriormente), la aparición pasa a ser incluso un tanto cómica y reduce la tensión del momento.

Finalmente; hay que reconocerlo, a todos les gusta fingir que no se asustan en el cine y que son el valiente del grupo. Pero he aquí un consejo, no tiene que importarnos si somos el único que se asustó. La gracia es disfrutar de este momento, ya que al cine vamos a entretenernos y cuando optamos por una película de este género, lo hacemos para sobresaltarnos y reírnos de nosotros mismos por haber caído en la misma trampa de siempre. Demonio es una película que vale la pena darle una oportunidad. No es la mejor en su categoría pero no decepciona del todo, de hecho, pasas un buen rato eliminando la tensión del cuerpo con los saltos que das.

Stephanie V.B.