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Vuelve a nuestras salas de cine la saga protagonizada por el actor estadounidense favorito para sobrevivir al fin del mundo, Bruce Willis. Quien regresa en uno de sus personajes más reconocidos; John McClane, el invencible policía neoyorkino “duro de matar».
En esta entrega, “Duro de matar 5: Un buen día para morir”, McClane deberá viajar a Rusia en busca de su distanciado hijo, el cual se ha visto implicado en una serie de problemas. Pero en su intento por salvarlo, John se enterará de que su hijo es en realidad un miembro de la CIA que fue enviado en una peligrosa misión secreta para prevenir un gran robo de armas nucleares.
De esta manera, Padre e hijo tendrán que formar un equipo imbatible para enfrentarse a los contrabandistas.
Bruce Willis continua como el héroe “real”, de esos que sí sangran y a los que no les resultan tan fáciles las cosas, pero que de alguna manera, siempre es el único hombre que queda en pie. En esta ocasión, como ya hemos mencionado, será acompañado de una nueva generación; su hijo. Sobre este McClane Jr., en los avances se adelantaba como un personaje prometedor y aunque fue bien incorporado, de todos modos la dupla que se generó no es fuerte, le falta química a pesar de tener alguno que otro momento de gracia.
La verdad, es que esta quinta parte es la más débil de la saga. Pues su guión y argumento es bastante flojo, la trama no captura y existe una evidente ausencia de un buen villano.
Pero por otro lado, lo que sí podemos destacar (y que al mismo tiempo constituye una de las principales razones por las que vamos al cine a ver este tipo de películas) es que las escenas de acción no nos dejan indiferentes, pues conservan la esencia de las primeras entregas de la saga y, sin duda, lo mejor es la gran persecución automovilista por las calles de Moscú.
Un buen entretenimiento, no muy a la altura de lo que es “Duro de matar” pero que promete buenas secuencias de acción. Regular.
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