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Recientemente, durante los últimos años, hemos podido apreciar nuevas adaptaciones en carne y hueso de los cuentos infantiles de siempre. En esta ocasión; “Espejito, Espejito” nos trae de vuelta la historia de “Blancanieves y los siete enanitos”. Manteniendo su contexto narrativo, pero haciendo uso de las nuevas tecnologías para crear el mundo infantil, tenemos como protagonistas a Julia Roberts en el papel de la malvada madrastra mientras que la joven princesa de piel blanca y cabello negro es interpretada por Lily Collins.
Cuando el querido rey y padre de Blancanieves desaparece en el bosque, su nueva esposa se apoderará del trono y se hará cargo de la joven princesa. Con los años, llevará al reino a hundirse en la miseria y la pobreza mientras mantiene a la princesa cautiva, viviendo en la ignorancia y oculta del resto. Aún así, la joven encontrará la manera de conocer la verdad y terminará por desatar las inquietudes de su madrastra. La cual, celosa de la belleza de la joven y la atención que ha conseguido del príncipe, la llevan a considerarla una amenaza, enviándola al bosque para ser asesinada. Pero nuestra protagonista no se dará por vencida y logrará unir fuerzas a un grupo de siete pequeños guerreros (los enanitos) que la ayudaran a enfrentarse a la cruel y superficial reina.
Se entrega una propuesta ingenua e infantil, con muchos toques de humor, de los clásicos personajes. En el caso de la princesa, aunque no sea de aquellas que cantan a cada instante y, además, realice leves intentos de demostrar su independencia como mujer (sin mucho éxito), consigue ser muy femenino. Por otro lado, la madrastra, no nos infunde miedo ni representa crueldad como en el original, lo cual más que una debilidad, puede ser un punto a favor para hacer de la película una entrega 100% familiar. Además, es este personaje (Julia Roberts) al que se le da mayor importancia, tanto así que, con sus peculiares ocurrencias, guía y potencia determinados momentos de la historia a lo largo del film. Otros a destacar son: los 7 enanitos, ya que en ellos recaen la mayor cantidad de momentos humorísticos y, también, la personificación que se le otorga al reflejo del espejo mágico, que es el encargado de plantearnos la típica problemática del bien y el mal.
Los efectos se complementan bien con la trama, no buscan ser protagonistas ni ser el plus diferenciador de la película, pero si logran sorprendernos. Entre estos recursos tecnológicos, debemos decir que la animación del inicio del film (que nos introduce a la historia) es simplemente imperdible.
Por otro lado, debemos destacar el vestuario a cargo de Eiko Ishioka, el que nos otorga una propuesta extravagante pero elegante, que se destaca por sus detalles, colores y texturas, digno de un clásico infantil de princesas. Envidiable.
Cabe decir que este es el año de “Blancanieves”, ya que recordemos que dentro de poco se estrenará una nueva adaptación también inspirada en el cuento clásico; “Blancanieves y el Cazador”. Sabemos ya de antemano lo diferente que llegaran a ser con sólo fijarnos en el público objetivo de cada una, es decir, mientras una nos promete una versión más oscura de la historia, pensada para un público más adolescente. La otra, nos ofrece, literalmente, un cuento clásico en formato de comedia familiar.
Repleta de humor y capaz de arrebatarnos sus buenas carcajadas. “Espejito Espejito” está pensada para un público infantil y familiar. Es una propuesta inocente, que nos llama la atención por su muy cuidada dirección de arte y vestuario, aspectos que son capaces de compararse a la calidad de producciones Disney. Y de la cual, se agradece de sobremanera el buen doblaje realizado. Sin duda, una película recomendable para ver en conjunto, pues no hay nada mejor que salir de la sala del cine con una sonrisa, rememorando los momentos que nos hicieron mayor gracia.
Stephanie V.B.
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