[Crítica] «Harry Potter y el Prisionero de Azkaban»: Porque Quienes Nos Dejan, Nunca Nos Abandonan

 “¿Piensas que los muertos a los que hemos querido nos abandonan del todo? ¿No crees que los recordamos especialmente en los mayores apuros? Tu padre vive en ti, Harry, y se manifiesta más claramente cuando lo necesitas.”

(Albus Dumbledore, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, 2004)

 En esta tercera entrega, Harry cursa su tercer año de escolaridad en el colegio Hogwarts de magia y hechicería; mientras el ministerio de la magia y el mundo mágico se encuentran  sumidos en la desesperada búsqueda para atrapar a Sirius Black, un asesino que se ha escapado de la prisión para magos de Azkaban y que  en tiempos oscuros y de terror fue el más fiel vasallo y sirviente del  QUE-NO-DEBE-SER-NOMBRADO.

 Por otro lado, Harry se enfrentara a sus más profundos miedos, cuando por protección y seguridad de Hogwarts lleguen como guardias, unos horribles seres llamados Dementores; quienes  se alimentan de los recuerdos más hermosos de las personas. Así mismo, la aparición de un nuevo profesor de Defensa contra las artes oscuras, le enseñara más de lo que este esperaba mostrarle.

 Una película asombrosa y de gran calidad, que sube el nivel de las primeras dos entregas con una argumentación basada en el libro perfecta y equilibrada, donde la decisión de dejar partir a Chris Columbus (Harry Potter I y II) es muy inteligente.     Más aun, la elección de Alfonso Cuaron  es aplaudible, esto gracia a que el director opto por recalcar la fantasía y lo a ratos lóbrego del film con una trama que en el libro se torna confusa pero que en la película se maneja de forma maestra.  Esta relación de contrastes en los pasajes más oscuros de la película los lleva a buen puerto, manejando los cambios de escena y ritmos del film (tal como lo hizo en la cinta “la princesita”, en 1995).

Otro triunfo, es la incorporación de actores que nutren y dan realce a esta tercera entrega, donde nombres como Gary Oldman, David thewlis y Michael Gambon (en reemplazo del fallecido actor Richard Harris, quien interpreto a Dumbledore) reajustan y equilibran una gran producción. Incluso más, la llegada de  estos tres actores brindan un carisma y empatía sumamente necesarios para el clima de la cinta, y de su cercanía tanto con Harry como con nosotros, los espectadores; por su estereotipo más que marcado de protectores y de padres del niño de que sobrevivió.    Así también, la inclusión  particular de Michael Gambon, nos deja con un Dumbledore más fuerte, más acorde a lo que es la película y su lucha contra el mal; del único mago a quien el señor tenebroso ha temido y respetado.

Por último, se maneja y se lleva a cabo la cuota necesaria de sentimiento u emoción, con la relación y el lazo bellísimo que se crea entre Sirius y Harry, en escenas que conmueven y que llegan por lo difícil de la situación, y por una despedida forzada que los separara nuevamente.

Una película entretenida, con mucho contenido, donde concurren como ejes principales; el tiempo y su extraño comportamiento, fabulosas y míticas bestias, un prisionero que tiene mucho que contar; y la reaparición de un antiguo y cobarde amigo.

Buena.

Cornamenta / Pedro Cereceda.