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“Un hombre apareció en la esquina que el gato había estado observando, y lo hizo tan súbita y silenciosamente que se podría pensar que había surgido de la tierra. La cola del gato se agito y sus ojos se cerraron” (Harry Potter y la piedra filosofal, 1997).
“Harry Potter y la piedra filosofal” nos trae a un mundo mágico, un mundo donde confluyen las cualidades perfectamente marcadas en el rico folklore Británico y en la realidad siempre cegadora, que nos hace ver solo lo que queremos ver.
En esta adaptación (del libro homónimo de J.K. Rowling) se nos relata la historia de un joven muchacho que es dejado con sus tíos maternos por la muerte de sus padres; dejándolo con una vida monótona, sin cariño y siendo prisionero y sirviente de su propia “familia”, mientras experimenta fenómenos que nadie puede ni quiere explicar.
Pero, todo da un cambio repentino, cuando en su onceavo cumpleaños, se entera que es un mago y que debe ir al colegio Hogwarts de magia y hechicería en el mundo mágico, atrayendo un sinfín de aventuras y magia, que lo llevara a descubrir su propia identidad y el por qué es tan famoso en el mundo mágico.
En esta entrega, lo cotidiano se vuelve fantástico, con matices oníricos perfectos en un mundo que nos lleva a una escuela de magia y hechicería; como así también a la magia en sí misma, con magos y animales fantásticos, y en una dualidad nada despreciable entre lo común y lo que se sale de esta.
Por otro lado, la historia transcurre a buen paso, donde se van descubriendo en cada pasillo cosas nuevas, que impresionan por la calidad de la representación y ambientación que se ponen en escena.
Pero, no hay que dejar de lado el gran reparto que posee esta película, con nombres como: Alan Rickman, Maggie Smith, Richard Harris y Robbie Coltrane. Quienes dan la cuota de seriedad y gran profesionalismo, como así también la calidad y gran adaptación hacia los personajes y su profundidad como magos con sentimientos, con conflictos y con las distintas interrelaciones que poseen las personas normales o “Muggles” (personas sin una gota de magia) y que también poseen ellos.
Asimismo, la combinación y diversificación de leyendas, mitos y cuentos tradicionales se suman y construyen una historia rica en contenido y entretención, que mantienen al espectador sumergido en un mundo fantástico y delicioso, y donde la magia nos transporta y nos regala un simple recordatorio, como lo es que: “la magia esta en todos lado, la cuestión radica en que hay que saber observar y encontrarla”.
Buena.
Cornamenta / Pedro Cereceda.
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