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Durante sus vacaciones en Los Ángeles, Mary, Gary y su hermano Walter, el fan número uno de Los Muppets, descubren que un petrolero; Tex Richman, planea arrasar con el teatro de Los Muppets para extraer el petróleo que yace bajo sus cimientos. Walter y sus amigos, se embarcan en la misión de reunir nuevamente a Los Muppets para impedir que el teatro sea destruido.
Los Muppets son un clásico infantil que trasciende generaciones e incluso fronteras, y esta cinta es un esfuerzo en su lucha de supervivencia por seguir en la mente colectiva de quienes fueran sus espectadores. Un grito desesperado para decir: “Aún existo”.
Con la utilización de los mismos recursos que han caracterizado sus producciones previas, la cinta cuenta con cameos de famosos de la pantalla chica estadounidense, cantantes, actores del recuerdo y estrellas adolescentes en ascenso. Todo alrededor de la trama central, guiados por los protagonistas de turno: Jason Segel y Amy Adams.
La historia es prácticamente una confesión, donde se expone la realidad del descenso de la fama. En un mundo comercial que se gira en torno a las modas y a lo que vende, Los Muppets no se muestran ajenos, retratando el lado opuesto de la fama: el fracaso. Este es quizás el aspecto más importante y relevante de la cinta, que por desgracia se pierde en manos de los protagonistas de carne y hueso.
El gran problema de Los Muppets, es que no pueden sobrevivir por sí solos. Requieren de la ayuda de actores reales para salir a flote o al menos para dirigir la cinta a buen puerto, pero es aquí donde se pierde la esencia y el valor agregado de Los Muppets… ya que son desplazados entre el protagonismo y el segundo lugar, en un juego constante que opaca a las “estrellas del espectáculo”: Los títeres.
Los Muppets, es una película de culto que apela a la nostalgia. Su función no es entretener ni deslumbrar; su función es entregar los mismos valores que los han caracterizados durante años: confianza en sí mismo, amistad y solidaridad.
Una película linda y sana, para compartir en familia, uniendo a grandes y pequeños frente a la gran pantalla, rindiendo culto y admiración a una película que se rinde a sí misma un homenaje.
Una historia absurda, con canciones ridículas y mensajes positivos, que no consiguen hacer reír, pero si sonreír.
Agradable.
Pastitoway.
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