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Incluso antes de ser estrenada la nueva película de Pablo Larraín ya ha dado de qué hablar en las redes sociales. Hoy, 9 de Agosto, finalmente llega a las carteleras la película “No”; un verdadero viaje en el tiempo que rememora el plebiscito de 1988 y nos relata el detrás de cámaras de la franja del No.
En el año 1988, se convoca a un plebiscito ciudadano en torno a la permanencia de los militares en el poder. De esta manera, los líderes de la oposición, persuaden a un audaz joven creativo de Publicidad, René Saavedra (hijo de un exiliado que acaba de volver al país), para que encabece la campaña y estrategia comunicacional de la franja del “NO”.
Con recursos limitados y bajo la constante vigilia del gobierno, Saavedra y su equipo concebirán un audaz plan para ganar la elección.
Protagonizado por el actor mexicano Gael García Bernal, quien logra un correcto acento chileno e interpreta muy bien a su personaje, “NO” es un film bien construido con un original montaje y, sin duda, un llamativo tratamiento de imagen, capaz de transportarnos a la época e internalizarnos en la historia a retratar. Existe un trabajo de continuidad muy bien cuidado gracias a la impecable edición realizada para la película, donde la aparición de figuras emblemáticas (tanto del mundo político como del televisivo) es una coordinada sorpresa.
El guión fue escrito por Pedro Peirano, quien tras considerar la gran cantidad de personas que participaron en la franja original, optó por generar personajes que representaran determinados «grupos» de estos mismos. Sin duda, una estrategia inteligente que ayuda al espectador a entender sin grandes rodeos los conflictos o pugnas entre los protagonistas. Pues en este caso, más que el drama humano, nos centramos en la evolución y desarrollo de la campaña, lo que nos entrega una narración mucho más rítmica que, acompañada por ciertos toques de ironía, lo convierte en un guión directo e inteligente con correctos puntos de giro.
Hay que destacar, nuevamente, que esta es una película histórica innovadora en su producción al rescatar archivos digitales reales sumados al notable hecho de haber rodado el film con cámaras Ikegami de 1983. Estas últimas, permitieron simular el formato y textura de la época, otorgándole a la imagen un tratamiento capaz de entremezclar y complementar naturalmente las secuencias producidas con el material de archivo.
Ahora, a todos aquellos que catalogan la película como “otra más acerca de la dictadura”, les recomiendo dejar los prejuicios de lado y recordarles que esta es una perspectiva más de nuestra PROPIA historia. Además, lo más interesante de ella, es que el conflicto está mirado desde el punto de vista de un Publicista quien debe aislar sus propios pensamientos del contexto para ser objetivo y comunicar correctamente el mensaje, yo (como estudiante de Publicidad) Salí plenamente satisfecha de la sala de cine y considero que para todos los insertos en este medio es una excelente película de referencia con la que sin duda se identificarán. También, puedo asegurar que todos los que asistan, se encontrarán con un trabajo de calidad que no deja cabos sueltos. Aplaudo la dirección de arte y la edición de video.
Quiero agregar, que la verdad es que en mi caso me cuesta encantarme con el cine chileno, de hecho, son contadas con las manos las películas que han logrado gustarme. Es por eso que en esta ocasión, recupero la fe en el cine nacional, pues esta es una producción que me hace sentir orgullosa de que nos represente como país, sin duda, merecedora de sus triunfos y reconocimiento en el extranjero
Stephanie V.B.
El plebiscito del 88 estaba previsto en la Constitucion, no fue debido a la «presion internacional» como dices. Informate mejor.
Aquella frase es parte de la sinopsis internacional del film, pero se agradece la aclaración