Día Mundial de las Abejas: un verdadero o falso para conocer cuánto sabes de ellas

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Hay quienes ven abejas y salen corriendo, por temor a recibir el pinchazo de su aguijón. Hay otros que disfrutan de su miel, uno de los endulzantes naturales más antiguos del planeta. Sin embargo, una gran mayoría desconoce el silencioso pero imprescindible papel que cumplen en la conservación del medioambiente y la biodiversidad.

En este 20 de mayo, Día Mundial de las Abejas, la Exploradora de National Geographic, doctora en biología e investigadora argentina Marina Arbetman revela los secretos (y, por qué no, derriba algunos mitos), de estos pequeños polinizadores. Marina ha estudiado durante más de 15 años a las abejas invasoras y sus impactos en las especies nativas, especialmente en los abejorros.

A continuación, un Verdadero o Falso sobre las abejas:

Existe un solo tipo de abeja.


¡Falso! “Cuando los científicos hablan de abejas, no se refieren sólo a la abeja de la miel (Apis mellifera), sino al grupo de más de 20.000 especies de abejas que hay en el mundo”, cuenta Marina Arbetman. Esta enorme variedad de polinizadores se encuentra agrupada en 7 familias, de las cuales la Apidae es la que incluye algunas de las especies más conocidas, como el abejorro. ¡Sí, el abejorro también es una abeja! En América Latina, una de las abejas autóctonas mayoritarias son las Meliponas, también conocidas como “abeja sagrada maya», ya que los pueblos mayas las cultivaban hacía cientos de años por las propiedades curativas de su miel.

Las abejas permiten la reproducción de las plantas.


¡Verdadero! Las abejas funcionan como verdaderos cupidos de las plantas: gracias a que transportan el polen de unas flores a otras (que, de otra forma, sería más difícil su encuentro), permiten que se produzca la fecundación y se reproduzcan. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor del 90% de las plantas florales requieren de este proceso para su reproducción, por lo que la polinización se vuelve un mecanismo fundamental para la supervivencia de los ecosistemas. Sin las abejas, habría miles de plantas que perderían a sus polinizadores y, por lo tanto, dejarían de existir o disminuirían notablemente su rendimiento. Y esto afectaría no solo a las plantas, sino a la conservación de todo el ecosistema: “la diversidad de abejas garantiza una polinización efectiva de una amplia variedad de especies de plantas cuyas hojas y semillas, a su vez, son alimento de otras especies y así se va armando una red donde muchas especies interactúan dependiendo unas de otras”, comenta la Exploradora de National Geographic.

Todas las abejas producen miel.


¡Falso! Sólo las abejas Apis mellifera, las especies de los géneros Trigona y Melipona tienen la capacidad de producir este endulzante natural. “Hoy en día, la miel de Meliponas está en auge y atrae a varios productores, incluso de Argentina, donde ya fue introducida en el código alimentario nacional”, comenta Marina Arbetman. Según un artículo de National Geographic en español, una sola abeja melífera suele visitar unas 7000 flores al día, pero se necesitan ¡cuatro millones de visitas para producir un kilo de miel! Por lo tanto, hay muchísimo trabajo en cada cucharada de miel que consumimos. Para conocer más curiosidades sobre las abejas, se puede visitar esta nota de National Geographic.

El conjunto de abejas se encuentra en peligro.


Lamentablemente, verdadero. Las abejas, al igual que otros polinizadores (como los colibríes, las mariposas y los murciélagos), se encuentran amenazados. “En la Patagonia, el único abejorro nativo (que es uno de los más grandes del mundo) se encuentra catalogado como “en peligro de extinción”, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza”, cuenta Marina. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las tasas actuales de extinción de especies son cien a mil veces más altas de lo normal debido a los efectos de la actividad humana. Entre las principales amenazas a las abejas se encuentran la destrucción de sus hábitats (a raíz de procesos como la deforestación), el uso de plaguicidas, las prácticas agrícolas intensivas, las especies exóticas invasoras y el cambio climático.

Todas las personas dependemos de los polinizadores.


¡Verdadero! Por su función polinizadora, las abejas hacen posible la reproducción de gran parte de las frutas, frutos secos y hortalizas que el ser humano consume directa o indirectamente en su alimentación. Según la ONU, aproximadamente el 75% de los cultivos de alimentos a nivel global y el 35% de las tierras de cultivo del mundo dependen, en algún grado, de la polinización. Esto significa que un mundo sin abejas tendría un impacto extremadamente negativo para la alimentación y la economía. Por lo tanto, no es exagerado decir que los seres humanos dependemos de la diversidad de abejas para vivir.


Conocer las maravillas y secretos del planeta es el primer paso para poder cuidarlo, preservarlo y protegerlo. El proyecto “Vi un Abejorro” se propone cerrar la brecha entre ciencia y comunidad, invitando a todas las personas a monitorear el estado de las poblaciones nativas de los abejorros del género Bombus de Argentina y el avance de las especies invasivas de abejorros europeos, Bombus terrestris y Bombus ruderatus. Ayudar a visibilizar estos proyectos es fundamental para aportar en la conservación del ecosistema y la biodiversidad.

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