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Protagonizada por Lily Collins (Los Imprevistos del Amor), Netflix ha estrenado la primera temporada de su serie de comedia y romance: “Emily en París” (Emily in Paris), ficción creada por Darren Star (el mismo detrás de la popular “Sex And The City”).
Sinopsis: Emily, una estadounidense de veintitantos años del Medio Oeste, se muda a París para una oportunidad de trabajo inesperada, encargada de llevar el punto de vista estadounidense a una venerable empresa de marketing francesa. Las culturas chocan mientras se adapta a los desafíos de la vida en una ciudad extranjera, al tiempo que hace malabarismos con su carrera, sus nuevas amistades y su vida amorosa.
Con un total de 10 episodios en su primera temporada, que bordean los 25-30 minutos. “Emily en París” avanza rápidamente, logrando enganchar con el espectador desde el primer minuto.
En la serie conocemos a Emily, una ambiciosa ejecutiva de marketing que se muda a París, gracias a una inesperada oportunidad de trabajo. ¿El problema? No conoce mucho del lenguaje y la cultura francesa… y en este territorio desconocido, sus nuevos compañeros de trabajo no le harán las cosas fáciles.
Junto con esto, Emily deberá adaptarse a los desafíos que involucra hacer malabarismo entre su carrera, nuevas amistades y su vida amorosa… todo esto en plena “ciudad del amor”.
“Emily en París” es una especie de “El Diablo Viste a la Moda” (2006) para millennials. Una serie que encanta gracias a sus locaciones, una protagonista fuerte y sofisticada, personajes entretenidos… y un ritmo bastante rápido.
La ficción cuenta con un elenco preciso, en el que cada personaje hace su aporte a la trama, siendo bastante llamativos y entregando principalmente cuotas de comedia y sarcasmo a la serie. Por su parte, Lily Collins se apodera por completo del papel, generando una conexión genuina con el espectador.
Como dato: la serie cuenta con el trabajo de la figurinista Patricia Field, la misma que estuvo detrás del diseño de vestuario de “Sex And The City” y “El Diablo Viste a la Moda”. Por esto mismo, los looks que utiliza el personaje de Collins no pasan desapercibidos (¡tiene el outfit perfecto para cada ocasión!), desde su hermoso vestuario, hasta sus peinados, sombreros y accesorios; todo es un placer para la vista (y eso, sin contar las maravillosas locaciones de París).
¿Puntos negativos? La serie cuenta con muchos estereotipos de los parisinos, dejando bastante “mal parada” su cultura actual. Asimismo, la historia no es nada nuevo (algo que, en lo personal, no me molestó en lo absoluto).
En fin, “Emily En París” es una serie ideal para distraerse en estos tiempos tan abrumantes. Una experiencia que nos permite -y nos invita a- visitar los barrios más bonitos de la capital francesa, sus calles, restaurantes, parques y más. ¡Esperando la segunda temporada!
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