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Este 2019 se cumplieron 14 años desde la emisión de su primer capítulo, coronándose como la serie médica de mayor duración en la televisión. Grey’s Anatomy ha atravesado infinitos cambios de personajes con una historia que ha sabido crecer con los cambios, pese a que muchos se han declarado desencantados. Pero la serie continúa, tomando cada vez más fuerza y entregándonos valiosos motivos para seguir viéndola.
¡Atención! Esta nota contiene spoilers sobre el último capítulo emitido por Canal Sony en Latinoamérica.
Existe poca gente que a esta altura no haya por lo menos oído hablar de la serie, sus icónicos personajes y las trágicas historias que dominan cada temporada. Pero con el pasar del tiempo no solo sus personajes han crecido y madurado, también lo ha hecho la serie. Con altos índices de sintonía, poco a poco la producción ha tomado conciencia de su lugar entre los espectadores y ha asumido la responsabilidad de ser mucho más que una simple entretención, hablando de diversos temas que abarcan la salud mental, la diversidad, el abuso sexual, la violencia intrafamiliar, las adicciones, entre muchos otros.
Y es que más allá de la salida de tal o cual médico, o la ruptura de una u otra pareja, la serie encontró una oportunidad y se abrazó a ella, entregándonos un mensaje que no podemos pasar por alto. Con distintos niveles de profundidad, «Grey’s Anatomy» se ha dado el tiempo y trabajo de poner estos temas sobre la mesa e incorporarlos no solo de un modo pasajero en sus tramas, si no de hacerlo parte de la cotidianidad de la serie. Los realizadores han puesto cuidado en transmitir de manera lo más fidedigna posible los diversos escenarios, extendiendo la conciencia sobre estos problemas y la cotidianidad con que se presentan, tratando tópicos que no se ven frecuentemente en la televisión abierta de este modo.
Y nada es casualidad, pues junto con ello siempre se abre la puerta a que este mensaje llegue a la persona correcta y se entregan números y contactos a los qué acudir en caso de estar viviendo algo similar. Lamentablemente es difícil que esta iniciativa se replique en su transmisión internacional, pero al menos el primer paso está dado.
Sigo la serie desde hace años, y con el paso de las temporadas sigo recomendándola. El más reciente capítulo de la serie, titulado » Silent All These Years» relató un caso de abuso sexual, y creo que ha sido el que más me ha impactado a la fecha. Sin omitir pero sin morbo, se muestra lo real y sobrecogedor de este tipo de casos, enfocándose en recordarnos el lugar de la víctima, lo difícil de abordar este tipo de situaciones y atacando cuestionamientos comunes que no debiesen tener lugar al tratar con una persona que ha sufrido un abuso (¿Qué hacías en ese lugar a esa hora? ¿Cómo ibas vestida? ¿Por qué ibas sola?). La directora del capítulo, Debbie Allen (quien interpreta a Catherine Fox), logra de un modo totalmente asertivo y emotivo concientizar sobre esta realidad, retratando la importancia de la sororidad y la empatía, calando en lo más hondo de tu corazón y tu cerebro.
Y es cierto: pueden haber fallas, pero el aplauso es merecido por aceptar este desafío que a muchos les es más fácil ignorar. Lo que es yo, seguiré viendo la serie porque motivos tengo de sobra, y no tengo duda que seguirán apareciendo más.
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