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Esta semana, con funciones totalmente agotadas, se estrena en salas de todo Chile «La Memoria infinita», el documental que retrata la historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia.
Gracias a Market Chile, tuvimos la oportunidad de conversar tanto con la directora Maite Alberdi y la protagonista, Paulina Urrutia sobre el proceso de realización del documental, así como también sus percepciones y emociones en torno a la cinta y la historia que retrata. La reunión se dio en formato de mesa redonda y diversos medios pudimos abordar nuestras inquietudes y emociones a cerca del film, que se confirmó representará a Chile en la próxima edición de los Goya.
Por primera vez para la realizadora, su trabajo cuenta con el respaldo de una gran distribuidora internacional, lo que ha permitido que la película no solo se estrene a través de una plataforma de streaming, si no que también llegue a diversas salas de Estados Unidos y el resto del mundo, además de asegurar su proyección en salas de todas las regiones del país, cumpliendo así con el objetivo principal de la directora y su equipo: Que la cinta llegue a la mayor cantidad de público posible.
La idea vio la luz gracias a la perseverancia de Maite y el absoluto convencimiento de Góngora de la necesidad de documentar este proceso y esta historia, pese a que por el lado de Paulina (y también de las redes de Augusto como ella misma aclara) tomó un año decidir finalmente emprender este proyecto. La directora declara que fue inspirada por la pareja gracias a una entrevista en la revista El Sábado y que finalmente tuvo la oportunidad de conocerlos gracias a un lugar de trabajo en común con Paulina. Su idea siempre fue retratar la historia de amor entre ambos, muy alejado de una historia de sufrimiento o decadencia, como podría pensarse sobre una relacionada al alzheimer.
El registro, realizado inicialmente por Maite Alberdi y su equipo, fue interrumpido abruptamente por la pandemia. Sin embargo, en un ejercicio que nació con fines netamente investigativos, pudieron también acceder a la intimidad de la vida de la pareja, y así a un registro que difícilmente podría haberse obtenido de otra forma, lo que se evidencia en la honestidad y familiaridad de las imágenes en pantalla.
Personalmente, la película marcó una diferencia entre el significado del «recuerdo», aquello que conocemos más racionalmente, y la «memoria» aquello que se graba en nuestro interior en niveles de los que muchas veces no tenemos conciencia. En aquel aspecto, algo muy relevante para Augusto es la memoria histórica de la dictadura, en la que se involucró activamente y lo que motivó a Maite a incluir esta arista en el documental.
¿Cómo creen que se relaciona la memoria con la reparación de hechos como los vividos en nuestro país, considerando la deuda histórica en este aspecto?
Maite: Yo creo que la película nos enseña sobre eso, que hay un cuerpo que recuerda. Y recuerda, no es como entendemos a veces los recuerdos que nos pueden explicar, dar datos e información, sino como una memoria afectiva que permanece y queda. Hay dolores que son inexplicables para las personas, hay amores que tampoco se pueden explicar y creo que hay dolores de la historia de Chile que podemos y tenemos que explicar. Tenemos que preocuparnos de cuidar y de entender cuando los pueblos tienen historias dolorosas para poder reparar desde ahí, entendiendo la importancia de la información y la delicadeza de construir sobre un dolor que es imborrable.
Paulina: Es como lo que él (Augusto) dice, que en la verdad es posible el reencuentro y la reconciliación. Y la verdad no está ligada necesariamente al tema de la justicia, sino que cuando uno habla con la verdad, cuando uno se relaciona con la verdad, cuando uno asume la verdad, también históricamente es posible el reencuentro y es posible la reconciliación. Y yo creo que ese es el ejercicio de la memoria. Buscar la verdad, buscar la verdad de nuestra propia historia. Y ese es un mensaje casi develador en estos tiempos, donde hay tanta mentira y por sobre todo tanto ocultamiento.
Es muy distinto vivir esta historia en carne propia y después verla reflejada en pantalla, dotada de toda la visión y sensibilidad que le otorga Maite. Paulina, ¿Hay algo que te haya sorprendido especialmente después de ver la película una vez ya terminada?
Paulina: Son tantas cosas las que me sorprendieron desde la primera vez que la ví… Me sorprendió escuchar el relato de Augusto de una manera tan consistente y coherente a lo largo de la película, que es como el repaso de nuestra vida. Y me pareció impresionante, al mismo tiempo, la evolución creativa de Maite, en el sentido de cómo ella fue capaz de hacer una película que es tan profundamente de ella y tan originalmente nueva.
«La memoria infinita» se encuentra disponible en salas a partir de este 24 de agosto, y obra como el último gran acto de consecuencia de Augusto, según palabras de la misma Paulina. La memoria infinita rescata la historia de amor dedicado, y nos muestra cómo el cuidar de otro se convierte en el más grande gesto de amor. No olvides leer nuestra reseña completa aquí.
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