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El frío recorre mis dedos en este instante, el teclado se siente pesado y busco en estas palabras algo de consuelo; me siento como aquel enamorado que debe escribir una sincera carta de despedida para un amante al que se llevó el invierno. Game of Thrones es una serie que me hizo enloquecer como un adolescente que conoce el amor, apasionado esperaba su llegada, una breve estancia que se daba una vez por año y que tuve que dejar ir, de manera definitiva, ayer por la noche.
Siempre me resistí a verla, recién finalizada la quinta temporada comencé a bajar mis defensas y el coqueteo inició de manera muy sutil. Las redes sociales me habían mostrado que Jon Snow fallecería trágicamente, cosa que no pensé me iba importar demasiado, ¿Qué tan importante podría ser un bastardo? Le di play al primer episodio y salté la intro desde el segundo para no perder tiempo en mi instrucción al aclamado mundo que George R.R. Martin creó.
Desde el inicio sentí simpatía por la casa Stark, Ned encarnaba todo el honor y temple que debía tener un gobernante. “Sin duda el será rey algún día” me dije, para el mundo mi pensamiento era de un niño del verano, no sabía lo que se venía. Las intrigas, las comparaciones y la traición hicieron que quisiera devorar un episodio tras u otro, como se me había advertido.
El héroe que llamó mi atención perdió su cabeza por el peso de la verdad, espectadoras de esta barbarie sus hijas y un pueblo sediento de sangre. La lealtad a la justicia se paga de la peor manera y Ned es el eterno mártir para estos términos, aunque ya llegaré a eso más adelante.
¿Quién podría tomar el manto de la justicia y acabar con la tiranía en Westeros?
Una pregunta difícil si consideraba que, en el juego de tronos o ganas o mueres. Mi cabeza algo confundida intentaba analizar según su experiencia, candidatos había por montón y teorías aún más, por lo que decidí aislarme un poco del ruido de afuera y dediqué cada instante libre en mis días para ver la serie. Robb, Jon y Arya captaban mi atención conforme avanzaba la trama y mi odio por el maldito mimado rey Joffrey, era inmenso.
La serie jugaba con la fantasía trayendo dragones y unos extraños zombies que complicarían más la vida de algunos, más allá de eso, el drama político de la historia continuaba centrando mi atención en las personas, y como los grandes estrategas movían cuidadosamente sus piezas en el tablero, ya sea en la luz como en la oscuridad.
Brutal fue conocer los hechos de la Boda Roja, esa escena sangrienta en que los Frey y los Bolton traicionaba al joven lobo, acabando con el sueño independentista del norte; ese al que ya veía como mi hogar. Los Lannister iban siempre un paso adelante y claro, Twin era un maestro cuando se trataba de pensar y su hija Cercei no se quedaba atrás.
GOT nunca me mostró una imagen frágil de la mujer, a pesar de estar situada en la Edad Media, siempre se presentó a sus personajes femeninos como personas tremendamente fuertes y resilientes por naturaleza. Quienes podían sobreponerse a las más terribles calamidades para volver más fuertes que antes, siendo Sansa un personaje que supo madurar de tal manera que convirtió el rechazo en admiración, una regente que velaría por los intereses de su pueblo por, sobre todo.
Arya por su parte, es quien no quiso seguir un patrón establecido en aquella sociedad, aprendió a usar la espada como pocos, aprendió a cambiar su rostro y principalmente, a ser una sobreviviente. Jamás buscó tener una vida de lujos y palacios, el mundo fue siempre más grande que eso y el corazón de una aventurera como ella no pertenece a algún lugar en específico; sino que este siempre volará en libertad.
Más allá del frío de Winterfell, Jon se abrió paso entre asesinos y violadores en la temida muralla, algo en él me decía que el futuro podría depararle grandeza. Su viaje a los confines más allá del muro, la instrucción de parte grandes hombres y el amor, con todo lo que este abarca; hicieron que el niño bastardo Stark se volviera en el hombre que lideraría el norte.
Jon fue capaz de unir a su pueblo con el de los salvajes para combatir la larga noche, acto que le costaría la vida a manos de sus “hermanos” y que me llevaría a sentir lo que muchos me dejaron como introducción antes de ver la serie.
A esta altura ya no adelantaba la intro, disfrutaba cada melodía que esta incluía. Me sentía uno más dentro de la historia, casi sin querer ya entendía a los millones de personas que sagradamente se sentaban a disfrutar de los icónicos domingot. Al estar al día, mis horarios cambiaron y en la hora donde se emitía algún capitulo nada más importaba.
La resurrección de Jon provocó mi máxima felicidad, creía que él era el príncipe prometido, su camino hacia la gloria solo podría ser opacado por Daenerys, quien era la única con un desarrollo argumental semejante. ¿En algún punto deberán encontrarse? Comentaba con otros que ya anticipaban hacia donde podría ir la serie ¿Habrá un final feliz?
La felicidad jamás será duradera y eso es algo que la serie me demostró con creces. A mi cabeza se vienen extractos de profundo dolor, recuerdo a Tyrion con el corazón devastado al enterarse que Shae mantenía una relación con su padre, acto que lo llevó por asesinar a ambos. La petición de Brienne a Jaime de quedarse en el norte, la cual, sin vacilar rechazó el Matarreyes.
Con el final cada vez más cerca había puntos que tenían que tratarse y como escuché hace poco, parte del viaje es el final, por lo que encontrar la añorada redención era una meta personal. La serie nos mostró bastantes atrocidades a lo largo de las temporadas, con personajes que traicionaron todo tipo de confianza. Theon Greyjoy es uno de los ejemplos más claros de esto, traicionó a los Stark por intentar escalar y la caída fue tan fuerte que perdió hasta dignidad; se reencontró con sus raíces y curó sus heridas a punta de coraje, cayendo en batalla para proteger su hogar.
Otro ejemplo para destacar es el de Sandor Clegane, el Perro. Odiado en las primeras temporadas por su apego a los Lannister, supo recorrer un viaje que lo llevaría entender que no era un monstruo y que en su corazón existía la bondad, supo ser quien aterrizara a Arya en su intento de venganza, librándola de una muerte segura.
La serie mostró en muchas ocasiones que no existe blanco y negro, que en la vida existen matices, motivaciones; las cuales nos permiten tomar decisiones que significarán acciones positivas o negativas. En que siempre tendrás la oportunidad de ser diferente, independiente de hacia donde caiga la moneda.
La 8va temporada, el extraño sabor de la despedida
Fue la que más tardo en llegar y la que cargaba con mayor numero de expectativas por parte de los seguidores de la serie, en esta se darían las batallas más importantes en la historia de los 7 reinos. Además de ser la gran despedida de la aclamada serie de HBO.
Como Cinebooom organizamos un evento para los fanáticos en Teclados Bar, en donde se transmitiría el primer capítulo, la idea era reunirnos y disfrutar juntos el principio del fin. La ansiedad nos tenía bastante nerviosos y al sonar la canción icónica de la serie, los asistentes comenzaron a gritar de la emoción. Las luces, la intimidad y gusto en común nos transportó a Winterfell; en algún momento todos nos abanderamos por una casa y la complicidad se gestó entre mesas.
Era un excelente inicio de temporada, la introducción fue la necesaria, dando pasó al emotivo capitulo 2. La gran guerra contra los muertos estaba a punto de llegar, por lo que se hacía necesario cerrar algunas historias y conocer otras verdades. Sabes que puedes morir, no te vayas dejando pendientes.
La oscuridad sumergió todo de manera bastante brutal, era mi cumpleaños aquel día y solo deseaba que mis personajes queridos no cayeran en batalla. Un vaivén de emociones surgía al correr los minutos, entre más se acercaba el reloj a la hora de termino, mis esperanzas de una victoria se esfumaban. El ejercito de la noche avanzaba a paso firme, acabando con todo lo que había a su paso; dejando un camino de tristeza al ver morir a entrañables personajes.
Cuando todo parecía perdido, Arya cruzó los aires como aquel lobo que acorrala a su presa y en movimiento de virtuoso, clava su daga en el vientre del Rey Oscuro; acabando con la amenaza de la muerte que asechaba a la humanidad. Un final que no nos dejó indiferentes, porque no se cuestionó que fuese Arya una heroína; sino el como se hizo y la poca utilidad de figuras como la de Jon, quien había revivido con un propósito.
El capitulo que servía para sanar heridas después de la batalla no lo fue como lo esperábamos, si bien, el principio abrió una luz de esperanza en los seguidores, de inmediato mostró los contrastes en los que se enfrenta el poder y la felicidad. Daenerys quiere el trono por sobre todo y no dejará que el norte o el origen de su amado se interponga. La arremetida contra Cercei no tardó en llegar, pero ésta fiel a su estilo respondió con sangre, siendo Missandei y Rhaegal las grandes victimas del enfrentamiento.
Sabía que nada bueno podía venir luego del Dracarys que la joven de Naath lanzó a su reina, la consigna era clara “todo aquí debe arder”. El quinto episodio dejó un sabor tan amargo en mí, que la ansiedad por mirar el siguiente episodio disminuyó considerablemente. Solía pasar toda la semana viendo resúmenes y escuchando teorías en youtube mientras trabajaba, pero esa semana algo cambió.
La decisión de mostrar a la Madre de dragones perturbada me gustó bastante, pero la forma en que se libró de los ataques de estos temidos escorpiones me pareció bastante paupérrima. El aporte de la Compañía Dorada fue nulo y eso que no he leído los libros, pero aun así esperaba algo más de los mercenarios más famosos de la historia. El punto clave de mi decepción se da cuando entendí que Cercei no tenía ningún plan b para acabar con la amenaza de la joven Targaryen y eso duele, porque la reina Lannister siempre fue precavida y una gran estratega, esta vez se rindió sin más.
El aporte de personajes como Euron tampoco ayudó mucho a la trama y su muerte se vio algo forzada, no busco ser hater, pero era mucho más verosímil a la historia que el nefasto Greyjoy muriera calcinado en el ataque de Drogon a su armada.
El capitulo final marcó la desilusión de Jon y Tyrion por su reina, quien prometió romper la rueda, se había vuelto lo mismo que juró destruir. Si se quería traer prosperidad al reino, ella debía morir y el peso de ese acto revolucionario caería en Snow. El hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark debía poner fin a la tiranía y con una versión bastante alternativa de Azor Ahai, clavó una daga en el pecho de su amada.
Como consecuencias de esto, Drogon acabó con el codiciado Trono de Hierro y Jon terminó preso a manos de Los Inmaculados. Las grandes casas se reunieron para encontrar salidas alternativas a este gran conflicto y en el lugar se coronó a Brandon Stark, como el nuevo rey de Westeros. Entre los merecimientos que se señalaron en su coronación está que él encarnaba la memoria del pueblo y por eso sería un regente justo, se acordó la independencia del Norte y que Jon sería el Lord Comandante de la Guardia Nocturna.
¿Entonces Bran orquestó todo para proclamarse Rey? Esa es la sensación con la que me quedó, sus poderes lo llevaban a conocer detalles y a obtener información que nadie conocía, supo mover las piezas del tablero a su antojo y acabó con todas las amenazas que podía enfrentar el reino, y su mismo futuro reinado.
La casa Stark se alzó como la gran ganadora del juego de tronos, aunque felicidad es una palabra que no me atrevería a usar para detallar el momento. Sansa se convirtió en la regente del Norte, que ahora es un reino independiente, Arya decidió seguir la senda de Nymeria de los Rhoynar y decidió embarcarse hacia lo desconocido y Jon volvió al único lugar, en el que por momentos fue realmente feliz.
No cambiaría este final, porque siento que es lo mejor para el reino, pero creo que esta temporada dejó algunos vacíos argumentales que pudieron ser desarrollados de mejor forma con una temporada más larga, al menos de 10 capítulos, la cual permitiera dar un cierre digno a la trama de cada personaje.
Fueron 9 largos años de serie, 8 temporadas que algunos disfrutaron desde el principio y que otros, como yo, tuvimos la oportunidad de hacerlo en el camino. Disfrutamos y sufrimos por igual, jamás se nos prometió un final feliz, fluyendo así la serie por su propio cause. Vimos crecer al equipo y de cierta manera siempre fuimos parte de este mundo mágico. Es por eso que a pesar de no estar de acuerdo con algunas decisiones creativas, me siento feliz de haber disfrutado cada segundo de esta magnifica obra… y ahora, en mi eterno invierno sin GOT, recordaré con cariño el verano que viví.
¡Valar Morghulis!
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