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En los últimos años, Argentina ha demostrado ser un fuerte exponente dentro del cine, no tan solo latinoamericano, sino que también a nivel mundial. Con películas como “El Secreto de sus Ojos” (2009) y “Relatos Salvajes” (2014), el país ha postulado a los Oscar en la categoría a «Mejor Película Extranjera«, llevándose la estatuilla en la primera instancia, y marcando la segunda victoria en dicha categoría desde que “La Historia Oficial” ganó el reconocimiento en 1985. Su más reciente apuesta fílmica: “Al Final del Túnel”, si bien no es material de Oscar, no deja de ser una joyita llena de sorpresas.
Sinopsis: La película cuenta la historia de Joaquín, un hombre postrado en una silla de ruedas que vive de manera austera y ermitaña en una enorme casa desde hace años, con ninguna compañía más que su perro. En el momento en que una joven mujer junto a su pequeña hija alquilan la pieza que Joaquín puso para arrendar, la vida de nuestro protagonista cambia completamente, al ser un hecho que no tan solo lo hará revivir su misterioso pasado, sino que también le presenta la oportunidad de dar un giro a su realidad, cuando descubre que una banda de ladrones se encuentra cavando un túnel por debajo de su casa para poder robar un banco contiguo del barrio.
La historia escrita y dirigida por Rodrigo Grande es un thriller muy ambicioso, ya que busca apostar por las grandes tensiones dentro de espacios más confinados. Por lo que, si bien, la escala de los escenarios es más reducida (los rincones de la casa, el túnel, etc…) sin la necesidad de apuntar a sets enormes o increíbles, el suspenso queda muy bien logrado, precisamente por ese mismo factor. Nosotros como audiencia pasamos la primera parte del film recorriendo los rincones de la casa de Joaquín, y por lo tanto, estamos al tanto de las posibilidades y los límites que los personajes tienen a la mano conforme la historia va avanzando.
El director claramente toma inspiración de Hitchcock al crear una historia que alude mucho a una premisa tensa y confinada como lo fue “La Ventana Indiscreta” (Rear Window), en donde el foco más interesante es la habilidad del protagonista de permitirnos relacionarnos con él, y consecuentemente ir avanzando en los hechos a su mismo paso, sin necesidad de saber más o menos que él, solo lo justo y necesario.
Leonardo Sbaraglia (Relatos Salvajes) se luce como el protagonista de la historia, al interpretar a un personaje que está constantemente en el balance de ser un estereotipo del hombre resentido al cargar con un pasado que lo atormenta, y ser un personaje sumamente humano que va de a poco dando ver más sinceridad y genuinidad de la que uno espera. Una actuación muy bien lograda y potente, con la fuerza más que necesaria para construir un personaje al cual el espectador busca seguir (y en cierta manera encarnar) a lo largo de la historia. Por su parte, Clara Lago (Ocho Apellidos Vascos) sigue poniendo de su sensualidad en el personaje de Berta, el cual si bien cumple como interés romántico, también tiene un propósito concreto en la historia, y procura no resultar inepto, al mostrar claras fortalezas reflejadas en el pasado que la precede y sus motivaciones. Por último, cabe destacar a Pablo Echarri como el antagonista de la historia, quien no tan solo es sumamente brutal, sino que emite una presencia intimidante en cada escena que está presente y es quien se lleva la mayoría de los momentos más tensos de la película; un personaje digno de recordar.
En lo técnico, hay una cinematografía sumamente llamativa en el uso de planos que varían desde ángulos sumamente interesantes desde varios puntos desde arriba, tomas prolongadas que se mueven por el escenario y unas de tracking a ras de piso, las cuales dan una sensación de presencia al espectador; nos volvemos una persona más dentro del escenario y un activo en la historia, y por consiguiente estamos más involucrados.
La falla primordial dentro de la película, es que se toma un buen tiempo en partir con la tensión, ya que el primer acto se enfoca en establecer a los personajes de manera clara y profunda, sin siquiera aludir al conflicto principal de la historia. Esto tiene sus ventajas y contratiempos, ya que si bien por un lado logra que los personajes nos importen, esto solo es visible en la segunda mitad del primer acto, ya que en la primera, los personajes parecieran ser derivativos de los estereotipos que uno esperaría que fueran en primera instancia (y no lo son) y por ello pareciera que estuviéramos viendo mucho más de lo mismo; haciendo que la película se sienta un poco más larga de lo que realmente es. Afortunadamente, una vez que nos encariñamos con los personajes y nos percatamos del conflicto, la película no da respiro alguno.
Si bien no es de mis reseñas más largas, la verdad es que no requiere de mayor análisis. “Al Final del Túnel” es un espectacular thriller digno de ser visto en la pantalla grande (en un momento en que los grandes blockbusters de Hollywood están comiéndose las salas de proyección), con personajes interesantes y una historia entretenida que ofrece una experiencia tensa y satisfactoria para todo amante del buen cine de suspenso, sin la necesidad de tener que complicarse en su trama. Esperemos que Grande, siga haciendo honor a su apellido en sus próximas producciones.
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