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2018 sin dudas ha sido un tremendo año para Marvel respecto del MCU (Marvel Cinematic Universe), partiendo con el éxito de taquilla que fue «Black Panther» a mediados de febrero, y luego arrasando con los récords de taquilla a nivel mundial con «Avengers: Infinity War» a finales de abril. Sin embargo, después del amargo sabor de boca que nos dejó la devastadora última película, el productor Kevin Feige consideró que lo más sano sería darnos un respiro después de tanta seriedad, y traernos una comedia de acción en la forma de «Ant-Man and the Wasp», la secuela a la sorprendentemente entretenida «Ant-Man» de 2015. ¿Está al nivel de sus contrapartes del MCU? Pues, sí y no.
Sinopsis: Tras lo ocurrido en CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR, Scott Lang deberá enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones como Súper Héroe y como padre. Mientras lucha por restablecer el equilibrio entre su vida familiar y sus responsabilidades como Ant-Man, Hope von Dyne y el Dr. Hank Pym lo abordan con una urgente y nueva misión. Scott deberá ponerse una vez más el traje de Súper Héroe y aprender a luchar en equipo con la Avispa para lograr develar secretos del pasado.
Una de las grandes ventajas que tiene «Ant-Man» es que dentro de todo -dejando de lado la ironía del tema de «pequeños grandes héroes»- , sus historias son en esencia una arista más pequeña y local dentro de todo lo que es el MCU. No hay amenazas que van a perjudicar el cosmos y el universo, ni villanos que quieren dominar el mundo, sino que son pequeñas narrativas que lidian con el crimen del día a día, y que tienen como héroes a personas que son vigilantes con súper trajes que a través de la ciencia pueden combatir al mismo. La primera «Ant-Man» era una heist film, que quiere decir que estaba enfocada directamente en el perpetrar un gran robo para el bien mayor. En este caso, la historia consiste simplemente en los Pym intentando traer de vuelta a Janet Van Dyne (la Wasp original) a nuestro plano de la tierra desde el mundo cuántico, y la ayuda que necesitan por parte de Scott Lang para poder hacerlo, incluyendo la oposición a las resistencias de parte de fuerzas antagónicas.
Es por esto mismo que van a haber muchos que van a criticar la película por no ser tan épica en escala como el resto de las cintas de Marvel, pero eso es precisamente lo que el director y los guionistas tienen en mente a la hora de trabajar con Ant-Man, ya que lo que no es épico en escala narrativa, sí lo es en cuanto a jugar con la escala de los tamaños de las cosas y los efectos especiales, que después de todo, es la esencia fantástica del mundo de este superhéroe.
En ese sentido, los efectos especiales son increíbles, y mejoran incluso más en comparación con los fantásticos logros alcanzados por la primera parte hace ya 3 años. Las coreografías de acción son aún más vivas y proactivas, con algo siempre ocurriendo de manera constante, mientras las cosas se miniaturizan y agrandan aquí y allá; y hay que dar mucho crédito tanto a los guionistas como al director por tener una visión tan hiperquinética que nunca cansa y deja de entretener.
Por otra parte, aquellos que amamos la primera película, sabemos que la intención de «Ant-Man» es que sean cintas que nunca se tomen en serio, ya que el concepto original de los cómics es uno bastante ridículo, y es por lo mismo que los cineastas y guionistas se enfocan en hacer de ellas películas que son comedias de acción, a tal nivel que se sienten como ver de esas historietas retro de antaño, sumamente caricaturescas y ridículas, pero completamente entretenidas (incluyendo un final al cual lo único que le falta es un «TAN TAN TAAAAAAAN» musical que acompañe a un título de «Continuará…»).
La comedia tiene mucha chispa y nunca falla, con la dinámica siempre presente de Paul Rudd («El Reportero: La Leyenda de Ron Burgundy»; «Bienvenidos a los 40»), que llena de comedia todo momento sin abrumar la acción en pantalla, y en especial el trío de ex convictos interpretados por Michael Peña («En la Mira»), T.I. («30 Días Para Ir A La Cárcel») y David Dastmalchian («La Intriga»), que se roban a carcajadas cada escena que tienen.
Por otro lado, Evangeline Lilly («El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos») deja la marca como la primera superheroína titular del MCU, ya que su rol como Wasp es sumamente vivo y relevante para la historia, en vez de tan solo decorar, como ha sido el caso -lamentablemente- varias veces con Black Widow, se preocuparon de hacer un personaje muy cool y que sirve de buen contraparte a Ant-Man, y los cementa muy bien como equipo, a pesar de que hay que trabajar un poco más el romance entre ambos protagonistas.
Asimismo, Michael Douglas («Bajos Instintos») se vuelve a lucir como el brillante pero histriónico y amargado Hank Pym, quien de hecho cierra un buen arco narrativo cuando se trata respecto de su esposa, interpretada por Michelle Pfeiffer («Batman Eternamente»), quien si bien no tiene tanto tiempo en pantalla, emplea una muy buena química con Douglas en el tiempo que logran compartir, y demuestra ser una decisión de casting acertada para lo que será el futuro del MCU.
Con todo esto dicho, también hay que señalar que la película tiene sus defectos. Principalmente, le juega bastante en contra el sentir que la historia en esta ocasión es inclusive más simple que la anterior, y que los objetivos de los protagonistas realmente no parecieran tener mucho en riesgo o la gravedad necesaria como para darle a la película un peso que esté a nivel con muchas de las cintas anteriores.
Esto también se ve potenciado por el hecho de que la cinta carece de verdaderos antagonistas, sino principalmente fuerzas opositoras cuyo involucramiento con el conflicto principal realmente no es directo. Por un lado está Walton Goggins («Los 8 Más Odiados») como Sonny Burch, un mercader del mercado negro que busca la tecnología cuántica de los Pym para explotarla; y por el otro lado -y más importante- está Ghost, interpretada por Hannah John-Kamen («Ready Player One»), quien necesita la tecnología de los Pym y a Janet Van Dyne para ayudarla con un conflicto personal.
Como pueden ver, los antagonistas son bastante básicos ya que uno es bastante prototípico, y no le llega ni a los talones a Yellowjacket, que fue interpretado por Corey Stoll («House of Cards») en la anterior; y el caso de «Ghost» es que más que una antagonista, es un obstáculo que necesita de ayuda por razones que como audiencia nos es fácil empatizar, pero que termina dejando más que nada opciones abiertas para el futuro del MCU, en vez de un verdadero antagonista memorable tanto en la historia como en el universo de Marvel.
Para resumir, «Ant-Man and the Wasp» es una película sumamente entretenida, llena de buena comedia y escenas de acción sumamente bien realizadas, que a pesar de lo ridículo de su premisa, lo asume con carisma y encanto para así dar una experiencia grata del MCU de principio a fin. Si bien con una historia bastante simple, la cinta recibe mérito por ser su cosa propia, y no depender del universo que la precede hasta su alusión a los eventos de Infinity War en los créditos (una tremenda escena por cierto). Un film simple pero entretenido, que si bien no supera a la primera «Ant-Man», no deja de valer cada peso del precio de entrada al ser una de las cintas más entretenidas de este vasto mundo fílmico.
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