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Si bien es común escuchar a personas aplaudir películas por lo bueno de sus historias, las impecables actuaciones de su reparto, y/o una notable cinematografía, es raro escuchar que alguien celebre un muy buen manejo de la edición, al menos en una primera instancia. Edgar Wright («Muertos de Risa»; «Hot Fuzz: Super Policías»; «Una Noche en el Fin del Mundo»; «Scott Pilgrim vs. los Ex de la Chica de sus Sueños») es probablemente el cineasta de edición por excelencia entre los directores de hoy en día, teniendo una maestra visión para la comedia y la acción visual vista a través del lente de la cámara. Su nueva película, «Baby: El Aprendiz del Crimen» («Baby Driver») no es una excepción a esta norma, y de hecho, es probablemente la película mejor realizada por Wright a la fecha, tal como probablemente, la película mejor filmada del año.
Sinopsis: Un joven conductor especialista en huidas (Ansel Elgort) emplea la música como apoyo fundamental para ser el mejor al volante. Cuando conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve la oportunidad de dejar su vida criminal y lograr una huida limpia. Pero después de ser coaccionado para trabajar a las órdenes de un mafioso (Kevin Spacey), debe afrontar un asalto a mano armada que sale mal y que amenaza su vida, su amor y su libertad.
Si bien ese resumen les podrá parecer sumamente convencional, la verdad es que la película no podría distar más de serlo, ya que sin duda alguna puedo decirles que no tan sólo es de las películas más originales que se han hecho en mucho tiempo, sino que también es de las mejores películas del año -si es que no resulta ser la mejor-.
Edgar Wright logra componer una película sumamente entretenida y cautivante a partir de un brillante ojo para construir una esencia original, en donde una historia simple sobre una buena persona que busca salir de un mundo para el cual no estaba destinado pero que le fue impuesto, termina resaltando por contar con una variedad extensa de personajes carismáticos, y en especial, una banda sonora memorable y extensa que no tan solo se usa para acompañar a lo que ocurre, sino que es usada al punto de fusionarla con toda acción en pantalla y volverla una sola con la película. La acción se vuelve nada sin la música, tal como la música es nada sin la acción; y todo logrado mediante un magnífico manejo de edición vibrante, rápida y nueva; nunca se ha visto algo así.
Desde el momento en que la película parte, no hay respiro alguno. La música se torna atrapante, y vemos cómo Wright la vuelve parte del espectáculo al punto de volvernos a nosotros alguien más dentro de la escena; no tan solo observamos, sino que también nos movemos al ritmo de la acción, la cual va al ritmo de la música.
Todos los personajes son un agrado de ver en pantalla, partiendo por Baby, interpretado por Ansel Elgort («Bajo la Misma Estrella»), quien emana carisma en todo momento que está en pantalla, desde una actitud suave y desinteresada del mundo que lo rodea, a una determinación seria y calculadora cuando las circunstancias lo demandan.
Por otro lado, en papeles secundarios, destacan sin duda Kevin Spacey («Los Sospechosos de Siempre») como Doc, una compuesta mente criminal, que sin siquiera alzar la voz ni mover una ceja, pasa de ser un hombre docto con instrucciones claras, a uno frívolo que sin chistar podría dejarte lisiado y asesinar a toda tu familia de así quererlo, sin tener que siquiera dar un paso; al igual que destaca Jamie Foxx («Ray») como Bats, un ladrón determinado pero sumamente sádico e impulsivo, que busca jalar el gatillo por ya sea la menor inconveniencia, tal como para acabar con quien sea que lo prive de hacer lo que quiere, sea algo lógico o no. Ambos resultan brillantes por tener muchísima carisma y traer un humor negro y caricaturesco a personajes que de lo contrario podrían ser sumamente apáticos y poco atractivos; pero que en cambio logran conquistar gracias al mismo encanto déspota que Spacey ha desplegado anteriormente en «House of Cards», y que Foxx demostró en «Soldado Anónimo».
Asimismo, la banda sonora es nada corto de espectacular. Cada canción juega a la perfección con la escena en la que es puesta, ayudando no tan solo a establecer el ambiente, sino que también forma parte de la historia, al ser un factor con el que los personajes interactúan constantemente, y que asimismo juega con la narrativa. Si bien «Guardianes de la Galaxia Vol.2» tuvo el soundtrack más esperado del 2017, este es el que sin duda fue la sorpresa del año, y que está a la par -si es que no es mejor- con este último.
Ahora, con todo lo que he aplaudido la película, he de mencionar que sí hay algunos aspectos que encontré que fueron algo débiles, pero nada que opaque la totalidad de la cinta. Por un lado, hay resoluciones algo pobres para los personajes de Eiza González («Jem y los Hologramas»), y en especial, de Jon Bernthal («El Contador»), quien es presentado como un titular en el marketing pero su participación es bastante escasa y no muy relevante a la historia.
Por otro lado, está el problema de que el romance central de la película, si bien está en manos de dos artistas capaces, Elgort y Lily James («Cenicienta»), la verdad es que pudo haber tenido una mejor profundidad en su desarrollo, siendo que los personajes de Baby y Debora tienen la carisma y el encanto para ser una pareja memorable; lamentablemente la historia no les da el tiempo para volverse eso.
Asimismo, cabe considerar que el final resulta ser sumamente abrupto después de haber tenido un desenlace muy dinámico y entretenido; no es que arruine la película, pero podría haber sido mejor con tan solo unos 5 minutos más para dejar todo establecido de manera más tradicional y no tan cortante.
Para finalizar, «Baby: El Aprendiz del Crimen» es una increíble película que logra entretener y cautivar no tan solo por sus personajes, sino que también -y principalmente- lo hace gracias a la original forma en la que está hecha, con una edición fantástica y con la que probablemente será la mejor banda sonora del año (lo lamento Guardianes). «Baby…» es sin dudas la película para ver este fin de semana, llena de acción, ritmo y risas, y probablemente una de las mejores películas de este 2017 -o en mi caso- la mejor.
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