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Con mucha anticipación y poca claridad sobre el contenido real de la cinta, «Barbie» de Greta Gerwig llega finalmente a salas para sorprendernos y emocionarnos, mezclando comedia y oscuridad en un camino de descubrimiento y aceptación.
Sinopsis: Vivir en la tierra de Barbie es ser un ser perfecto en un lugar perfecto. A menos que tengas una crisis existencial total. O seas un Ken.
Digan lo que digan Barbie marcó un antes y un después en el mundo del entretenimiento para niños y adultos, llegando a convertirse en un referente que ha debido evolucionar y ponerse a la altura de los desafíos que implican ser uno de los juguetes (y mujeres) más exitosos de la historia. Greta Gerwig lo tiene claro, y lo utiliza como punto central de esta cinta, en la que de forma muy inteligente comienza planteando a Barbie como la idea que luego se transforma en la inspiración, y el sueño que luego se transforma en la meta, muchas veces irreal e inalcanzable, con cientos de aciertos y errores a través de años y años de historia.
Rápidamente se devela el tema central de la cinta: El patriarcado y su influencia en la estructura social, como se instala definiendo aspectos que parecen tan insignificantes como un juguete, pero que se vuelven determinantes en el desarrollo de la infancia y por consiguiente, de los adultos en los que próximamente se convertirán.
La muñeca, que se plantea como una inspiración pero que termina sirviendo como un estándar altamente inalcanzable, se somete a todos los juicios en donde no puede ser simplemente un elemento de entretención, si no que debe cumplir con ciertos requisitos éticos y morales, reflejando los juicios a los que constantemente son sometidos las mismas mujeres en una sociedad dominada por el patriarcado.
Es así como Barbie comienza este camino de autoconciencia en el que debe cuestionarse a sí misma, sus logros y sus metas, en donde pareciera que nada es suficiente, y a partir de ahí, también cuestionar el sistema que la obliga a cumplir con todas esas expectativas. Se pone en evidencia rápidamente lo ridículo de la validación de ciertas conductas que sin embargo son agresiones constantes y cotidianas. Lo interesante es que este camino se realiza de manera similar en el mundo real en donde el personaje de Gloria interviene como testigo, compartiendo su experiencia en el asunto y al mismo tiempo entendiéndose mejor gracias a esto.
Y pese a lo duro que pueda sonar todo aquello, Greta logra incluirlo de una manera bastante ligera y divertida, quizás tanto que para algunos pasa desapercibido (por lo que se lee en sus críticas). La directora y guionista logra un equilibrio entre el homenaje, la crítica y el desafío, abrazando las luces y sombras de la muñeca sin la intención de emitir un juicio definitivo, sino más bien poniendo en evidencia el constante escrutinio al que se somete mayoritaria, pero no exclusivamente, a mujeres a causa de este orden social.
En esta estructura los protagonistas asumen dos roles muy claros: Barbie el de guiar la parte emotiva y existencial de la historia, cargándola un poco de drama y Ken con un lado más cómico, siempre teñido de sátira. Margot Robbie no podría ser mejor Barbie, entregándonos a la perfección esa dualidad entre belleza y existencialismo. Ryan Gosling por su parte definitivamente brilla en todas sus intervenciones, emprendiendo un viaje por su cuenta el que hace que se robe la pantalla y a ratos la historia, demostrando con creces sus méritos y definiéndose una vez más como máster en la comedia.
En cuanto a lo visual, la cinta recrea con éxito el mundo de fantasías de Barbie pero inserto en la realidad de dos mundos paralelos, dotando este universo de una especie de realismo mágico propio de la imaginación de un mundo de juegos. En conjunto, el diseño de vestuario ejerce un rol brillante reviviendo algunas de las más icónicas barbies pero también dotando de personalidad a todos los personajes que se presentan en el film. La música también es el complemento perfecto para el viaje de la icónica muñeca. Un trabajo impecable de la directora Greta Gerwig, que continúa entregándonos joyas visuales llenas de corazón.
Tristemente el hecho de ser una comedia aparentemente le ha restado mérito a la profundidad y excelente ejecución de la cinta tanto en lo narrativo como en lo visual lo que ha traído consigo algunas críticas no tan positivas, con las que discrepo totalmente. La recomendación es no dejarse llevar por comparaciones innecesarias y sin sentido y disfrutar la película por lo que entrega, una historia divertida y atigente.
Ojo, para cerrar no puedo restarme de aclarar que el público objetivo de esta cinta no es el infantil, pese a que no hay escenas sugerentes o vocabulario inadecuado, si se trata de un guión que no está pensado en su entretención y que por lo tanto, pueda escapar de su entendimiento o simplemente ser demasiado tedioso para ellos, la cinta está calificada como PG 13.
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