Tiempo estimado de lectura: 3minutos, 22segundos
Netflix acaba de estrenar la nueva adaptación del aclamado «Death Note», el manga y anime donde un joven se hace con una libreta y el poder de matar prácticamente a cualquier persona en el mundo. Elenco americano para una historia japonesa. Dragon Ball Evolution no lo consiguió, pero «Death Note»…
Sinopsis: Death Note cuenta la historia de un adolescente, Light Yagami, que encuentra la Death Note, o “Libro de la Muerte”, un libro que matará a quien su nombre sea escrito en este. Así decide usar su nuevo poder y convertirse en una especie de justiciero con retorcidos ideales. En este viaje conocerá a Ryuk, un ángel de la muerte (Shinigami) y su actuar será investigado por un enigmático detective.
Todo conocedor de anime o incluso alguien que sepa muy poco, sabe o a escuchado de «Death Note», una serie que con menos de 50 capítulos consiguió gran popularidad y posicionarse como uno de los mejores animes en la historia.
Esto mismo llevó a los amantes de los pulpos a realizar no una, sino que cuatro películas en formato live-action, las cuales no lograron igualar a la serie en su éxito. Con la llegada de Netflix al mercado y su posicionamiento global y el hambre por tener proyectos propios, en 2016 supimos que la versión norteamericana al fin llegaría al mercado.
Y llegó.
Y no fue para nada buena.
Es cierto, hay que aceptar que es una adaptación y que por ende no tiene que ser totalmente fiel a la historia original, sin embargo, lo que hizo Netflix fue tomar a ese gran amor que tuviste alguna vez en la vida y convertirlo en una mala copia de «Destino Final», con una típica comedia de adolescentes norteamericanos.
Mal, pero mal con ganas, se esforzaron por arruinarlo todo, excepto una sola cosa que destacaré al final.
Nat Wolff (Ciudades de Papel) nos trae a la peor versión posible de Light. No digo que sea mal actor, para nada, sino que la construcción del rol fue mala. Un adolescente inteligente pero que sufre bullying, poco exitoso con las chicas y socialmente aislado, que sufre por la muerte de su madre. Comparado con el Light original no hay nada de parecido, ni siquiera el pelo mal teñido.
La guapa Margaret Qualley viene a ser un raro intento de Misa Amane. Si bien dentro de la serie el papel de Misa resulta de los más ridículos, uno le toma cariño. Es inocente y sexy, pero a la vez muy inteligente. Recordemos que tiene su propia Death Note y forma parte importante de los planes de Light. Pero el papel de Margaret no está ni cerca de ser algo parecido. Para nada, una porrista sin mayor relevancia social.
Juntos, Nat y Margaret terminan siendo más unos Bonnie y Clyde que Light y Misa, una relación que se sustenta en matar gente más que en construir un nuevo orden.
Ahora bien, Keith Stanfield, en su rol de L resulta de lo más decepcionante. Hace el intento de parecerse a la versión original, pero resulta inverosímil. Más allá del parecido físico, su actitud se aleja por mucho a la que Lawliet, es decir, toma un arma y corre, algo que jamás habíamos visto en L.
A la santísima trinidad de la serie la hicieron añicos.
Para finalizar, creo que lo único realmente rescatable es la animación de Ryuk y la personificación de Willem Dafoe. Es cierto que es bastante lejana de la original que resulta ser más un demonio chistoso, pero éste Ryuk consigue intimidar, algo que, si bien no hace el original, si me gustó bastante.
En fin, los gringos lo hicieron una vez más y arruinaron uno de los animes más exitosos en la historia. Solo rezo porque nunca se les ocurra adaptar «Evangelion».
Netflix, me fallaste como nunca nadie lo había hecho.
Deja una respuesta