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Los libros del maestro del terror, Stephen King, han tenido una prolífera cabida en el mundo del cine. Por tercera vez este año nos vemos enfrentados a la adaptación de una de sus obras a la gran pantalla. En esta oportunidad, es con «Doctor Sueño», la adaptación homónima de la secuela de una de sus obras más famosas; «El resplandor», la que dio origen a la obra maestra de Kubrick.
Luego de años de luchas para darle vida a esta cinta (el libro se publicó en 2013 y la película es un proyecto desde entonces), finalmente llega a los cines «Doctor Sueño». Ojo que en esta reseña hablaremos de ella como película más que como adaptación de libro.
Sinopsis: Protagonizada por Ewan McGregor, “Doctor Sueño” nos trae nuevamente a Danny Torrace (el niño de “El Resplandor”) ya adulto, que tras una vida traumática con problemas de alcoholismo e ira, ha aprendido a controlar sus habilidades psíquicas, las cuales utiliza en un asilo de ancianos donde trabaja, para darle consuelo a los moribundos y para predecir quién morirá, por eso lo llaman “Doctor Sueño”. No obstante, sus visiones lo conectan con otros seres que comparten el don de “El Resplandor”, como una niña, Abra Stone, a la que debe salvar de un grupo maligno de viajeros que se alimenta de niños.
La cinta, si bien es una adaptación directa del libro, desde su inicio tiene claras alusiones al clásico de culto de Kubrick, incluyendo la icónica escena del cuarto de baño e incluso atreviéndose a recrear algunas otras, detalle que quizás logre molestar a los más exigentes fanáticos, pero que a mi parecer, ayuda mucho a recrear y conectar con el ambiente de dicha cinta.
La trama toma su tiempo en desarrollarse, existiendo un prólogo lo suficientemente largo para retomar los recuerdos olvidados de su antecesora, conocer esta nueva etapa en la vida de los personajes y para incluir a quienes recién se introducen a la historia, permitiendo que también puedan captar su esencia.
La cinta es larga, con una historia que cuenta de varias etapas pero que está muy bien elaborada, con un ambiente que logra captar la oscuridad de la historia con su fotografía y crea una atmósfera en donde el suspenso es clave. El terror se aferra a lo más visceral en nosotros y despierta al conectarnos con este pasado conocido de Danny. Está generado de forma muy inteligente, apoyándose en esa constante sensación de angustia que prima en la cinta, en vez de en las criaturas que para esta nada impresionable sociedad hubiesen pasado como nada, es un terror que se construye poco a poco y que con el transcurso de la cinta se va acrecentando, muy lejos de aquel que surge de lo inesperado. Se ve mucho del brillante trabajo que el director expuso en «La maldición de HillHouse», con una forma sutil pero profunda de conducir el género, la que mucha falta hace estos días.
Las actuaciones están muy bien logradas, con participaciones infantiles de alto nivel. La breve pero clave actuación de Jacob Tremblay destaca en una de las escenas más violentas y fuertes de la cinta, mientras que la coprotagonista de Mc Gregor, Kyliegh Curran reluce durante toda la cinta con una empoderada Abra que no vacila ni un segundo en emitir una energía suficiente para equiparar a la experiencia de Mc Gregor. Quizás la única que no está a la altura es Emily Alyn Lind, con un personaje cuya justificación a ratos parece dudosa y cuya interpretación no ayuda a reforzar. Por su parte la antagonista Rose, interpretada por Rebecca Ferguson, nos presenta una interesante contraparte a nuestros protagonistas, con un universo especial de una tribu de «Vampiros» que se alimentan del resplandor de pequeños niños, siendo una potente guía a este nuevo tipo de mal al que nos enfrentamos.
Los efectos especiales están muy bien utilizados para transportarnos a este plano psicológico que tan fuerte se desarrolla en los personajes, entendiendo muy bien los límites entre lo simbólico y inverosímil. Por otro lado, la música es clave en concentrar la tensión que predomina durante gran parte de la cinta.
Con muchos altos y algunos bajos, como la inexplicable importancia del papel de Andi y el final quizás muy literal para mi gusto, «Doctor Sueño» se alza como un producto cinematográfico digno de ver en pantalla grande, aportando significativamente a la forma en que se hace y ve terror estos días, continuando el gran trabajo que el Director Mike Flanagan viene realizando desde hace un tiempo.
Como ya mencioné, la cinta puede ser vista tanto por los fanáticos de King, seguidores de Kubrick o amantes del género sin experiencia previa con la historia, aunque si tu caso es el último, es recomendable al menos hacer una pequeña lectura (wikipedia tiene un buen resumen) para no perdernos de algunos detalles clave de la historia.
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