[Reseña] “Duna: Parte Dos”: Abran paso a un nuevo miembro de los clásicos del cine moderno

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Uno de los estrenos más esperados del último tiempo finalmente ha llegado. Luego de ser retrasado por el paro de actores y guionistas en cerca de tres meses, la segunda parte de la aclamada adaptación de los libros homónimos de Frank Herbert finalmente llega a salas nacionales para conquistar a creyentes y escépticos.

Sinopsis: “Duna: Parte Dos” explorará el mítico viaje de Paul Atreides, quien se unirá a Chani y a los Fremen en un camino de venganza contra los conspiradores que destruyeron a su familia. Enfrentado a una elección entre el amor de su vida y el destino del universo conocido, se esfuerza por evitar un futuro terrible que únicamente él puede prever.

Denis Villeneuve es definitivamente un genio y Dune es su corona. En esta nueva entrega se luce con una brillante ejecución, en la que juega con los planos, los colores, y donde ejecuta un ritmo frenético y perfecto. El haberse tomado un justo tiempo en desarrollar el fondo de la historia y el contexto complejo y detallado en el que es desarrolla la historia y se desenvuelven los personajes en la primera entrega, le permite lanzarse de lleno directo a la acción en esta nueva cinta, plagada de momentos épicos que no necesitan de mayores explicaciones.

En esta segunda parte, la narración retoma todo lo abordado en la primera parte, pero esta vez con un nivel de profundidad mayor, enseñándonos un poco más sobre las creencias de esta civilización y sus implicancias políticas y sociales.  La historia está tan bien armada que incluso no hacen falta introducciones grandilocuentes para los nuevos personajes, si no que se integran de manera sumamente armónica y casi inmediata a este universo que logra un increíble equilibrio pese a la multiplicidad de escenarios y personalidades.

El desarrollo visual es impresionante, pues es verdaderamente impactante como en Dune un escenario tan plano y hostil como un desierto puede ser transformado en el más feroz campo de guerra. Además, el juego con los tonos, cómo nos presenta cada ciudad y ambienta todo para sumergirnos en su esencia como un excelente y significativo apoyo al guión, la forma en que se maneja la música y la intensidad de los momentos de tensión, hacen de esta película una obra maestra. 

Es increíble cómo cada personaje sigue su viaje, se desarrolla de manera individual y aún así guía el relato de forma fluída y solo con las pausas necesarias para tomar aire y continuar este vertiginoso viaje. La construcción del vínculo durante la parte uno nos hace vivir esta continuación totalmente fervientes y sumergidos en esta odisea en donde Paul finalmente se consagra como el Lisan Al Gaib, con un séquito del que sin duda nos hacemos partícipes.

Uno sale de la sala con la sensación de haber sido parte de la historia, conociendo el culto a Sagas como Star Wars, es imposible no sentir que estamos viviendo un momento clave en la historia de los clásicos modernos del cine. Sí, así de intenso. Hay escenas que sin ser directamente emotivas, me pusieron al borde de las lágrimas solo por la capacidad de transmitir esa inspiración que genera el conocer a un líder y mesías de las características de Paul Atreides, logrando compenetrar totalmente al espectador con la emotividad de los personajes en pantalla. Y esa fue solo la primera vez de muchas de las que iré a verla al cine.

El elenco sigue entregando lo mejor de sí, y sabemos de sobra que amamos a Zendaya, Timothée Chalamet y Rebecca Ferguson, pero si hay alguien a quien destacar es a Javier Bardem en su papel de Stilgar, este líder Fremen que está totalmente entregado a la profecía, y por ende, a la misión de Paul, quien con humor y compromiso nos guía en esta misión y a Austin Butler con su interpretación de Feyde Rautha, quien nos entrega un antagonista totalmente feroz y excéntrico al que temer y admirar. Totalmente borrada del mapa queda cualquier interpretación dudosa de tiempos recientes (cof cof).

Nunca está demás alabar el trabajo de Hans Zimmer, que demuestra su entusiasmo, maestría y dedicación en cada nota que acompaña cada una de las escenas en pantalla.

Una segunda entrega que termina de sellar nuestro compromiso (Si es que por alguna razón no te convenció la dinámica de la primera) con una saga que no puedo creer cómo podría ir aún más arriba, pero en Denis Villeneuve confiamos (y me entrego totalmente).

En datos técnicos: No, no hay escena adicional post créditos, para que no se decepcionen si se quedan esperando hasta que enciendan las luces. Sí, el IMAX vale 1000% la pena, de hecho, es casi necesario. En su defecto, la mejor sala disponible para ustedes. La cinta dura 2 hrs 47 minutos, muy similar a la primera, pero pasan casi desapercibidos.  En salas gracias a Warner Bros Pictures Chile.

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