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El año era 2002, y se estrenaba El Aro. Recién comenzábamos el milenio y YouTube era una plataforma nueva que nadie conocía, mientras que Netflix se dedicaba al arriendo de películas, lo que seguía siendo un negocio rentable. Los videoclubs seguían siendo cosa común, al igual que las cintas en VHS. Hoy las cosas han cambiado mucho.
Sinopsis: Situada 13 años después de los primeros dos capítulo de la saga, cuenta la historia de Julia (Matilda Lutz) y Holt (Alex Roe), los que se ven involucrados en la leyenda urbana del misterioso video que mata a quien lo vea después de 7 días. Gracias a un experimento de Gabriel, un profesor universitario (Johnny Galecki) siguen las pistas dejadas en un nuevo «video maldito» para encontrar el origen de Samara.
Después del éxito que la primera adaptación de la novela japonesa Ringu tuvo en el mundo, la ambición surgió y se decidió hacer una secuela a esta historia, sin mucha relación a la original. Para El Aro 2 se trajo al director Hideo Nakata, quien se encargó de dirigir las versiones japonesas Ringu (1998) y Ringu 2 (1999), y aun así no se logró repetir el éxito de la primera entrega de Gore Verbinski (La Cura Siniestra).
Buscando enmendar errores, El Aro 3 cuenta con la dirección del promisorio director español Francisco Javier Gutiérrez (Tres Días).
La premisa de modernizar la historia de Samara para poder adaptarse a la tecnología actual es interesante, en teoría, pero con la consecuencia de perder la mística de las primeras; por alguna razón es más difícil creer que un archivo de video esté maldito, y todavía más cuesta creer que con el avance de internet no se haya viralizado de forma masiva, provocando olas de muerte gigantes.
El tema aquí no es que el argumento sea difícil de creer (esto es una constante en el cine de terror), sino que la misma película cambia el panorama cuando comenzabas a digerir lo que te muestran para así diferenciarse mucho de sus predecesoras.
Un gran problema de estos cambios de trama repentinos es como se abandona la idea original de la maldición, presentando varias incongruencias con las precuelas y dándole una nueva historia de origen a Samara. Quizás habría funcionado mejor como un reinicio de la saga y no una tercera parte, como la promocionan.
Su argumento es bastante forzado, y ni Akiva Goldsman (ganador del Óscar en 2001) como parte del equipo de guionistas logra que la película fluya de forma natural, apoyándose en muchos deus ex machina o foreshadowing (presentimientos) para llegar de un lado a otro, contando una historia por un lado predecible, y por el otro poco verosímil.
La temática de la película pasa de terror/thriller supernatural a terror religioso, acercándose a lo que está de moda hoy y no siguiendo la linea argumentativa más novedosa que presentó El Aro en su momento.
Actuaciones débiles no ayudan a fortalecer la historia, pero es agradable ver a Matilda Lutz (Notorious) siendo la heroína de la película que rescata a su novio, y no al revés. Alex Roe (La Quinta Ola) como Holt es un personaje muy estereotipo sin rango de emociones, mientras que Johnny Galecki (The Big Bang Theory) tiene un rol demasiado similar al de Leonard y cuesta sacarse esa idea de la cabeza.
El Aro 3 es una película bien intencionada, pero que intentó hacer mucho en poco tiempo. Para ser la historia de Samara, la niña fantasma/demonio/asesina que sale de la televisión tiene muy pocos minutos en pantalla, lo que de todas formas se termina agradeciendo por los malos efectos especiales de la película.
De todas formas, su mayor pecado es ser una tercera parte de una película que tuvo tanto éxito y que instauró la moda de las adaptaciones japonesas, además de un terror distinto al tradicional, con menos saltos y clichés.
Si bien lo que se armó en su primera parte se termina desechando aquí, siendo una película de terror más, está totalmente pensada en el público que gusta de ese cine, el cual disfrutará El Aro 3 sin ningún problema, además dejando abierta la puerta a continuar la saga, esta vez de forma más moderna.
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