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Muchas veces, las películas de terror más efectivas son aquellas cuya historia juega con los miedos más psicológicos y personales de los seres humanos, siendo uno de ellos, el miedo de los padres frente a cualquier cosa que involucre a sus hijos. «El Bebé de Rosemary» es uno de los ejemplos más clásicos en esta categoría y «El Babadook» es ciertamente el más moderno. Sin embargo, en esta ocasión nos vemos frente a «El Bosque Maldito» («The Hole In The Ground»), una cinta co-producida entre Irlanda, Bélgica y Finlandia, que busca adentrarse nuevamente en estos miedos, sumando un poco de folclore de terror europeo. ¿Estará a la altura de los clásicos?
Sinopsis: Una noche, el hijo más joven de Sarah desaparece entre la maleza que hay tras su casa rural. Aunque parece ser la misma persona cuando regresa a casa, su comportamiento comienza a ser cada vez más errático. Pronto, Sarah descubre que puede que el niño que ha vuelto no sea su hijo.
La realidad de «El Bosque Maldito» es que su historia no ofrece una idea realmente nueva, pero es su ejecución la que resulta más destacable por sobre sus pares, gracias a una cinematografía impecable y lúgubre de la mano de Tom Comerfeld, y a la escalofriante banda sonora de Stephen McKeon (quien fue previamente premiado por su trabajo en «La Cola del Tigre» y «Reina Y Patria»).
Asimismo, hay un muy buen trabajo logrado por parte de Seána Kerslake como la protagónica Sarah, ya que interpreta con sutileza e inocencia el rol de una madre soltera joven que está intentando partir desde cero, y quien asimismo es un personaje que en su arco narrativo debe lidiar con incertidumbres maternales sumamente complicadas tanto a nivel explícito como implícito, como lo son la culpa maternal, la aceptación de los cambios en los hijos a medida que crecen, y a nivel cultural, los secretos familiares que muchas generaciones en Irlanda decidieron mantener ocultos.
Por otro lado, si bien no entraré en spoilers, cabe mencionar que hay un uso interesante del folclore de terror europeo en la historia, cosa que si bien puede resonar bien con una audiencia versada ya en el tema a nivel cultural, resulta bastante interesante para aquellos que nunca han estado familiarizados con esta narrativa anteriormente; algo similar a lo que Robert Eggers hizo con «La Bruja» en 2015.
Sin embargo, a pesar de todos estos positivos, el debut fílmico escrito y dirigido por Lee Cronin dista de ser una gran entrega dentro del género del terror, ya que la novedad en su película es menor a la convencionalidad con la que cuenta.
La historia, a pesar de unas pocas sorpresas, cuenta de todas maneras con varios puntos narrativos e ideas que ya hemos visto en películas anteriores, de la misma manera que hay ciertos sustos que resultan bastante predecibles a pesar de que hay una atmósfera tétrica muy bien lograda. Es por lo mismo que para cuando la historia llega a su fin, si bien puede llegar a sentirse que se vivió una experiencia satisfactoria, no se podría decir que se logró experimentar algo muy memorable.
Para resumir, «El Bosque Maldito» es una película de terror entretenida que cuenta con ciertos aspectos novedosos que son ciertamente bienvenidos. Con temáticas interesantes, una buena actuación principal, y una cinematografía lúgubre acompañada por una tétrica banda sonora original, la cinta es una de esas pequeñas producciones europeas que, a pesar de sus fallas, no deja de valer la pena el verla en la pantalla grande.
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