[Reseña] «El Buen Amigo Gigante»: Sacando el niño que llevamos dentro

¿Han sido testigos alguna vez del chiste inocente de un niño? Donde lo obvio y lo absurdo no tienen sentido, salvo la risa espontanea que da a lugar. «El Buen Amigo Gigante» consigue eso; evocar un sentimiento infantil, con risas llenas de ingenuidad e inocencia provenientes de nuestro niño interior.

Debo confesar que antes de entrar al cine a ver «El BAG», no tenía el más mínimo interés en verla. Ni siquiera por ser una película de Steven Spielberg. Mucho menos después de salir de una función cargada de acción con los antihéroes de moda. Sin embargo, la sorpresa que me llevé fue de proporciones «gigantes».

Sinopsis: Una niña huérfana llamada Sophie (Ruby Barnhill), conoce a un Gigante Bonachón, quien a pesar de su intimidante apariencia, resulta ser un alma bondadosa, siendo considerado como un inadaptado por los otros gigantes ya que, a diferencia de ellos, el se rehúsa a comer niños.

Trailer:

La pequeña e inteligente Sophie padece un terrible insomnio que la mantiene todas las noches en vela. Instancia que aprovecha para ocuparse del Orfanato donde vive, resguardando su seguridad y el de sus compañeras durante la hora mágica; donde todos los seres sobrenaturales suelen aparecer.

A las tantas horas de la madrugada, por las tranquilas y desoladas calles de Londres, un extraño ser hace de las suyas en medio de la penumbra, sin pasar desapercibido por Sophie, quien comete el error de asomarse por la ventana, teniendo un encuentro cara a cara con la extraña criatura, siendo secuestrada y llevada a una lejana y mágica tierra.

La película se toma más del tiempo necesario para explicarnos el contexto de la trama e ir presentando los hechos que dan origen a la hermosa y divertida historia. Apoyándose en lo visual, «El BAG», logra ir de menos a más, conquistando al espectador al tiempo que va construyendo un hermoso relato donde la amistad y el coraje desbordan la pantalla.

Junto a la técnica de captura de movimiento, el ganador del OscarMark Rylance (Puente de Espías), se luce al personificar al amigable gigante. No solo construye un personaje sólido, con valores claros que denotan humildad y un gran corazón, también es capaz de transmitirlo al punto de conmover con su solitaria y triste historia de vida.

Con el sello característico de Spielberg, esta película nos logra encantar con su sencillez e inocencia a través de personajes puros de corazón con una historia lúdica y cargada de magia que atesora los sueños de la infancia a través de una dulce e inocente niña, quien no se rinde ante nada con tal de hacer lo correcto.

«El BAG» nos entrega una hermosa amistad que sobrepasa las barreras de la edad. Una amistad que surge en base a un sentimiento en común; la soledad. Aquel deseo infinito de pertenencia que nos lleva a buscar nuestro propio lugar en el mundo; ese lugar especial donde podamos sentirnos a gusto, en confianza, y por sobre todo queridos.

«El Buen Amigo Gigante» es una hermosa película que nos recuerda el niño que llevamos dentro. Con una historia sencilla, llena de situaciones absurdas e inocentes (del  tipo que solo pueden ocurrir en la mente de un niño), logra entretener a grandes y pequeños por igual. Aunque me atrevería a decir que los padres disfrutarán mucho más que sus hijos de esta linda adaptación, la que por cierto, se mantiene fiel al libro.

Spielberg lo hizo otra vez. ¡Así que no se la pueden perder!