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Se cumplen ya 3 años desde que James Wan (El Juego del Miedo; La Noche del Demonio) trajo a la pantalla grande lo que fue el inicio de la ahora saga de “El Conjuro” (The Conjuring), adaptando para el cine algunos de los verdaderos casos de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren. La primera película fue un éxito tanto crítico como de taquilla, y fue popularmente considerada como “una de las películas más terroríficas de todos los tiempos”. En lo personal, si bien me gustó la película cuando la vi, quedé con un gusto a menos después de tanta expectativa, y cuando supe que habría una segunda parte – siguiendo la tradición de secuelas en el género del terror – mis expectativas eran prácticamente nulas. Dios, qué equivocado estaba.
Sinopsis: Una historia basada en hecho reales. Lorena y Ed Warren viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera criando cuatro hijos sola, en una casa plagada de espíritus malignos.
“El Conjuro 2” cuenta otro de los casos más grandes de los Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga), el cual esta vez consiste en una familia de clase media baja que está siendo aterrorizada por un ente fantasmal en su casa, en los suburbios del Londres de los años 70’. Los Warren deberán examinar la situación y determinar qué es lo que está sucediendo; aunque saber cómo solucionar el problema es tal vez un desafío muy grande para ellos esta vez.
Para empezar, tengo que aplaudir a James Wan por lograr hacer una de las mejores películas de terror que he visto en los últimos años; logrando mantenerme al borde de mi asiento en una tensión constante como hace tiempo no lo hacía en una película de este tipo. El motivo de esto no es por innovar en la historia, sino por tener una muy buena mano y visión respecto de cómo contarla. Aquí no hay nada nuevo en términos narrativos que otras películas de posesiones fantasmales y casas embrujadas ya no hayan contado; pero la manera en la que cada escena nos es mostrada, se logra con una atmósfera y visión estética tan inmersiva, que es imposible no estar involucrado en lo que ocurre, aunque podamos o no predecir que se viene algún susto.
Por el otro lado, la dirección también está muy bien lograda en cuanto a la dinámica de los actores. Patrick Wilson y Vera Farmiga son la pareja de investigadores paranormales más cautivadora que he visto en una película a la fecha. Desprenden una química muy sutíl y fuerte; y si bien la historia se da solo breves momentos para mostrar lo fuerte que es su vínculo, se puede desprender toda una historia de encanto y amor incondicional del uno por el otro, tanto por lo que dicen como por sus gestos. Y la otra persona que me deslumbró aquí fue Madison Wolfe como Janet Hodgson, que es la niña poseída de la familia que está siendo aterrorizada en la película. Esta niña me sorprendió en cada una de sus escenas más notables dentro de la película; tiene una presencia en pantalla sumamente fuerte y convincente; y espero que este sea el comienzo de su carrera porque el talento no le falta en lo absoluto.
Un aspecto que destaco con creces de esta película es el buen uso y manejo de los screamers o jump scares (forma de provocar miedo a través de la aparición repentina de un personaje en pantalla); ya que es una técnica sumamente explotada dentro del género de las películas de terror, y si bien es una manera efectiva de hacer que la gente salte, no causa realmente horror si no tienen un propósito más concreto que el de causar un ruido fuerte y mostrar una imagen sorpresa de la nada. Wan maneja esto con sutileza y propósito, tanto visual como narrativo; y a base de eso es más efectivo. El jump scare es sumamente predecible, pero es muy distinto que el espectador esté aburrido esperando a que algo aparezca de pronto en la pantalla, a que este sepa que algo viene pero no puede apartar sus ojos de la pantalla.
James Wan siempre ha tenido una marca propia al momento de representar fantasmas en sus películas; la cual encuentro bastante efectiva ya que busca que estas entidades se vean muy humanas, variando simplemente en su palidez y actitud ida respecto del mundo de los vivos. Esto ayuda porque forma un vínculo más fuerte con el espectador durante las escenas de apariciones, dado que vemos algo que no comprendemos pero que denota haber pertenecido en nuestra realidad en algún momento; es una especie de cercanía que hace más potente y escalofriante el momento en que las cosas se salen de control. Pero asimismo, hay momentos en donde hay que dar un toque mucho más sombrío a lo paranormal y lo demoníaco; y las imágenes que se nos presentan en esta película son un material digno de pesadillas en ciertas escenas.
Para resumir, “El Conjuro 2” en mi opinión es una entrada sólida y notable dentro del género del cine de terror, que no tan solo hace honor a su antecesora, sino que la supera en varios aspectos; al lograr innovar efectivamente en elementos tanto visuales como narrativos para contar una historia que si bien ya hemos visto antes, jamás ha sido vista de esta manera. Una experiencia digna de vivir en la oscuridad de una sala de cine en una función de trasnoche, y que por mi parte, con gusto repetiré.
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solo 1 comentario, es imposible leer bien la nota con los gif, el cambio de las escenas mata mis ojos y no permite concentrarme, saludos! y gracias por la nota xD seguire pensando en ir a verla xD