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La nueva película chilena «El despertar de Camila», dirigida por Rosario Jiménes-Gili, llega a la cartelera nacional este jueves 17 de mayo con la ambición de retratar el caso real de Camila Duarte Matus, joven que debido a un accidente cerebro vascular tuvo que vivir un doloroso proceso de recuperación, el que estuvo lleno de cambios y crecimiento.
Sinopsis: «Camila (17) está demasiado acostumbrada a triunfar. Bella e inteligente como es, se las arregla para alcanzar cualquier meta que se proponga. Ella ama nadar y no conoce el fracaso. Sin embargo, sería el agua, el medio que tantas satisfacciones le había dado, el que ahora la enfrenta a la mayor adversidad de su vida. Un accidente la obligará a reinventarse. Con coraje, humor y amor.«
La tarea de hacer una película basada en hechos reales no es para nada sencilla. Es necesario separar la verdad de la ficción y tener claro cual será el enfoque que tendrá el argumento, y es en ese sentido que «El despertar de Camila» resulta sumamente grata, ya que desde un comienzo deja en claro que su principal foco será su protagonista, quien pasa de tener su vida totalmente resuelta a quedar postrada en una camilla en un estado que de ninguna manera había previsto.
No sorprende que la atención de la cinta esté puesta, casi absolutamente, en Camila, quien es interpretada por Francisca Walker. Digo no sorprende, porque de lejos se ve que una de las intenciones de «El despertar de Camila» es visibilizar los procesos por los que pasan las personas que sufren accidentes cerebro vasculares, y por lo mismo se siente muy natural que la historia gire en torno a Camila.
La interpretación de Francisca Walker es uno de los puntos más altos de la película. Me sorprendió ver como la joven actriz asume el difícil desafío de demostrar corporalmente las consecuencias de un accidente cerebral impecablemente. No solo eso, ya que a lo largo de la película somos testigos de como evoluciona su postura, su habla y hasta su estado anímico.
La evolución y la forma en que se desarrolla su personaje, Camila, es algo muy positivo. La directora decide mostrarnos a esta joven de la manera más humana posible; con sus virtudes y defectos (los que no son pocos). Demostrando así que la verdadera inclusión es aquella que nos muestra a los demás como iguales y no como seres perfectos que todo lo pueden.
Las carismáticas actuaciones de Koke Santa Ana y Dayana Amigo le otorgan a la película tintes de humor, ya que no logran dar muy bien en la nota dramática, en variadas ocasiones. Ambos tienen una química muy interesante y se complementan muy bien con el personaje de Francisca Walker, dando como resultado una llamativa dinámica entre los personajes.
Quizás, a consecuencia de haber fijado la atención tan fuertemente en la protagonista, muchos de los personajes secundarios se sientan vacíos e innecesarios a ratos. Esto puede ser un punto negativo, pero debido al poco tiempo en pantalla de estos, su inconsistencia tampoco se convierte en algo molesto o reprochable; es algo natural al tener una protagonista con tanto enfoque.
«El despertar de Camila» es una película sumamente necesaria. Mezclando humor con drama, esta cinta da clases sobre el verdadero significado de la inclusión, a la vez que actúa como vocera de todas las personas que han tenido que re-hacer sus vidas luego de un accidente cerebro vascular. Una lección sobre la perseverancia, el amor y como la vida abre mil puertas cuando uno menos la espera.
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