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Llega finalmente a salas nacionales «El Hijo» (“The Son”) la segunda entrega de una “trilogía espiritual” de obras de teatro, compuesta por “The Mother”, “The Father” y “The Son”, escritas por el dramaturgo Florian Zeller.
Sinopsis: Secuela de la seis veces nominada a Premios de la Academia® «El padre». El nominado al Premio de la Academia® Hugh Jackman interpreta a Peter, cuya ajetreada vida con su nueva pareja se ve truncada cuando su ex esposa Kate, interpretada por la ganadora del Premio de la Academia® Laura Dern, llega con su problemático y distante hijo adolescente, poniendo a la familia en rumbo a una situación peligrosa. De los productores de Lion y The King’s Speech.
La cinta es parte de una trilogía escrita originalmente para teatro, y que actúa como «precuela» de la premiada «El Padre», pese a que las historias no están directamente relacionadas. En ella, vemos la historia de la familia de Peter, enfocándonos especialmente en su hijo Nicholas, quien, avanzado en la adolescencia, es atacado por una intensa depresión.
Si bien la película se titula «El Hijo», me atrevería a decir que no se refiere al hijo Nicholas, si no que a Peter (hijo de Anthony) puesto que el foco está en el sufrimiento de este personaje, quien para verse a sí mismo como padre debe revisitar su rol de hijo. La película transita desde cómo Peter y Kate descubren el padecimiento de su hijo a cómo van intentando descubrir cómo manejarlo y tratarlo, intentando sanarlo. En este camino vemos a Peter luchar por reconocer y entender este dolor que aqueja a quien quiere más, mientras debe hacerse cargo de la distancia que se ha generado entre ellos, de la responsabilidad que su hijo le adjudica por la separación familiar y de liberar de la culpa a esta nueva familia que ha formado.
En el camino, también reflexiona sobre su propio rol como hijo y la dura relación con su padre, algo que pese a sus fuertes intenciones de evitar, se ha visto replicando. Y que cuando intenta revisitar, se encuentra con la misma distancia y crítica que los separó en un inicio.
Creo que la película es una intensa visión sobre la depresión y cómo afecta a los círculos familiares, pero le quita fuerza el hecho de que toda la historia esté relatada a través de cómo el padre vive la enfermedad de su hijo, quien nunca llega a comprender completamente el proceso que está atravesando Nicholas, en vez del propio sufrimiento de este.
Esto la distancia enormemente de «El Padre», su predecesora, con la que inevitablemente debemos hacer la comparación ya que el logro principal de dicha cinta fue introducirnos de una forma increíblemente hábil en la vida de alguien que padece que Alzheimer, interiorizándonos con este mundo de una forma y con una sensibilidad que «El hijo» está lejos de lograr. Quizás lo más doloroso de todo es cómo estos padres añoran a este niño que criaron, pero que no reconocen en su versión adolescente, y por lo tanto, son incapaces de ayudar. Acercando la cinta más a un reflejo de las expectativas, y anhelos de estos padres más que a la propia lucha de la persona deprimida.
Sin embargo creo que la película sí logra acercarnos a una visión bastante sincera y real de la depresión, en donde no siempre las razones parecen claras y el sufrimiento tiene muchas caras y momentos, aunque esta visión sea algo más de fondo y no tan cercano o protagónico como en «El Padre».
Las actuaciones de Hugh Jackman y Zen McGrath son indudablemente destacables, pero la carencia de la propiedad del guión respecto a quien padece la enfermedad en vez de quienes lo rodean, inevitablemente nos aleja de la conexión que podríamos haber logrado. El resto del elenco está compuesto por Laura Dern (Jurassic Park), Anthony Hopkins (The Silence of the Lambs) y Vanessa Kirby (Fragmentos de una mujer).
La película se encuentra en salas gracias a Diamond Films Chile.
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