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Lo he dicho antes y lo volveré a decir: no existe género más reciclado y gastado que el del terror. Seamos sus ávidos fanáticos , ignorantes de este, o inclusive severos críticos del mismo, no hay duda alguna sobre el hecho de que cine de terror encontramos más malo que bueno, y hoy en día es aún más difícil encontrar algo nuevo que realmente nos asuste en la pantalla grande. Sin embargo, de vez en cuando -y rara vez es esto-, nos topamos con una joya impensada que marca un antes y un después de lo que conocíamos de posible en este género; «El Legado del Diablo» («Hereditary»), es -gratamente- la nueva joya en cuestión.
Sinopsis: Cuando Ellen, la matriarca de la familia Graham, muere, la familia de su hija comienza a desentrañar secretos crípticos y cada vez más terroríficos sobre su ascendencia. Cuanto más descubren, más intentan escapar del siniestro destino que parecen haber heredado.
Si creen que el mero trailer es inquietante, la verdad es que no tienen la menor idea. El debut del director y guionista Ari Aster, es una obra maestra del terror que sabe balancear perfectamente sus tonalidades para así crear la atmósfera más inmersivamente terrorífica que he vivido en mucho tiempo. Esto se debe a que el cineasta entiende que el mejor terror es el que se logra a partir de tanto la base humana y emocional de los personajes y su situación como del que se pueda hacer sentir al espectador de que las atrocidades que ocurren en pantalla no se alejan de las realidades del lado oculto de nuestro mundo.
La mejor esencia del terror es la que trabaja con una base nuclear de los miedos humanos, y en este caso, la cinta lidia con nuestro miedo de heredar lo peor de nuestros antecesores, o inclusive, sus propios demonios; y la forma en la que Aster trabaja y da vida a este miedo es una completamente inquietante, angustiante y completamente escalofriante.
El guión está trabajado de manera muy balanceada, partiendo con una narrativa enfocada en un drama bien desarrollado, el cual está lleno de angustia y pesar, y donde el mayor terror que se siente en el ambiente, son las realidades inquietantes que creemos posibles dentro de una familia común y corriente, especialmente en un periodo de pérdida como lo es el haber perdido una matriarca (madre y abuela). Hay una hija y madre que intenta lidiar con el hecho de que su reservada mamá ya no está presente, al igual que la verdad de que su muerte no le está cayendo con el peso que uno normalmente esperaría; hay un esposo y padre que intenta mantener la estabilidad entre su familia en los tiempos de adversidad emocional; un hijo y hermano mayor que busca la constante desconexión del tumulto emocional que hay en su hogar y que asimismo, resiente de sobremanera a su madre; y una hija y hermana menor que es un claro reflejo de lo que podemos considerar como una «niña aproblemada».
La dinámica de estos personajes funciona sumamente bien, por el hecho de que los dramas familiares en los que se ven en un principio, son unos que bien parecen del día a día, y por consecuente hay un nexo emocional entre ellos y el espectador que es bastante fuerte. El pesar, la pena, las dudas, los conflictos, todo resuena con uno y a medida que pasa el tiempo, se va filtrando por nuestros poros hasta generar una clara sensación de angustia…una que solo va a crecer conforme avance la película.
El momento en que la cinta comienza a trabajar con la narrativa de lo inexplicable, es cuando las cosas toman un giro que le suman una intensidad de un 100% a esa angustia inicial, al punto de dejarnos helados con puro horror ante las cosas que poco a poco van ocurriendo. Créanme cuando les digo que van a ver cosas que nunca habrían pensado que verían ni que tampoco querrían ver, y tal como los dramas nos hacen pensar sobre grandes romances y las comedias sobre grandes chistes, esta cinta siempre será el recordatorio de grandes horrores.
El reparto no hace más que deslumbrar, liderado por la increíble Toni Collette («Little Miss Sunshine»), quien nos pone a todos al borde de un colapso nervioso con su interpretación de la perturbada Annie Graham. El mero horror en su rostro ante lo que presencia y vive (sea real o producto de su psique) es suficiente para erizarte la piel, y es sin dudas una de las interpretaciones más potentes que he visto este año (espero mínimo una nominación importante). Alex Wolff («Día del Atentado») como el desconectado hijo mayor, Peter, da una interpretación bastante creíble y bajada a tierra, la cual luego nos llena de empatía y una sensación inquietante ante todos los sucesos que le deparan. Pero sin dudas tampoco puedo cerrar sin mencionar el rol debut de Milly Shapiro como la menor de la familia, Charlie, cuya interpretación es aún más escalofriante que lo que dejan ver los trailers, en especial porque no hay manera de concebir el rol de este personaje en la película.
Asimismo, la cinematografía y el diseño de producción en la cinta es impecable, jugando mucho con ominosas tomas prolongadas, y especialmente, con una estética vinculada a los dioramas en miniatura que el personaje de Annie hace como artista. Si bien buena parte de las escenas contienen varios de dichas miniaturas, muchas transiciones de cámara juegan con la idea de que la misma vida de los Graham es una especie de diorama, trabajando con la tétrica noción de que incluso sus vidas son obra de alguien o algo que no comprenden, y que por lo mismo, no tienen verdadero control sobre ella.
Para resumir, «El Legado del Diablo» es una película extraordinaria que cuenta con una muy buena historia, impecables actuaciones y una esencia de horror y tormento que se inspira de los mejores elementos de clásicos como «El Exorcista» y «El Bebé de Rosemary», sin dejar de ser su cosa propia. Si bien es cierto que el terror es subjetivo, no cabe duda alguna sobre que esta es la película de terror que no dejará a nadie indiferente, y que si no los deja con las garras clavadas al borde del asiento, tengan por seguro que los tendrá por lo menos retomando profundamente el aliento varias veces. Probablemente la mejor película de terror del 2018 y de las mejores que he visto en muchísimo tiempo (sin mencionar que va directamente a mi lista de favoritas); un legado que por más diabólico que sea, vamos a querer pasar de generación en generación como uno de los grandes exponentes del terror.
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