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Si pudiéramos hacer una película que mezclara todas las historias de los cuentos de hadas, resultaría el “Séptimo enanito”. Cenicienta, Blanca Nieves, Caperucita Roja, Shrek, y otros varios, parecen ser la inspiración de este largometraje animado alemán.
Sipnosis: “La película empieza con Rose. La típica princesa, bonita y súper buena onda, que en teoría juega el papel de la Bella Durmiente: antes de cumplir los 18 se pinchará el dedo y caerá en un profundo sueño –pero en esta historia, no sólo ella dormirá, sino todos los otros humanos- hasta recibir el beso del verdadero amor.
Como era de esperarse, la tal Rose ya coqueteaba con su “amor verdadero”, el cual debe arrancar para evitar que la bruja sepa de su existencia. La idea era quedarse a vivir un tiempo con los siete enanitos del bosque, pero no alcanza a estar ni dos minutos, hasta que la bruja lo toma prisionero.
Los enanitos, cada vez se ven más partícipes de la vida de Rose. Deciden ayudarla y embarcarse hacia la aventura de liberar al amor de su vida.”
Es notorio que la película está por debajo de la calidad a la que estamos acostumbrados; lo que no quiere decir que es de pésima calidad. Pero si notamos la diferencia, sobre todo cuando los comparamos con las grandes compañías: Disney, Pixar y DreamWorks; quienes constantemente nos muestran lo último en avances tecnológicos sobre la calidad de animación.
La película en sí, carece de gracia, de estilo propio y lo que es peor: cree que te hace reír. Para mí, lo último es lo más reprochable. Entre canciones fomes, vemos personajes aún más fomes y en una trama muy predecible.
Es difícil encontrar novedosa una historia que, entre tanto personaje repetido, nos muestre algo que no hemos visto antes. Pero quizá si tienes algún hermano, sobrino o hijo pequeño puede que le guste. Aunque dudo que alguien mayor de 12 años pueda seguir viéndola luego del minuto diez.
Nicole A. Muñoz.
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