[Reseña] “En el Ático”: Cuando los sustos se venden por separado

El director D.J. Caruso (Paranoia) nos trae a nuestra querida Kate Beckinsale (Underworld), en un thriller con tintes dramáticos, la que además, comparte una interesante anécdota histórica.

Sinopsis: Dana, es una madre que se muda con su esposo y pequeño hijo a una casa rural que cumple con todos los requisitos para ser la casa de sus sueños. Sin embargo, la ilusión de un nuevo hogar se ve opacada por los extraños sucesos que giran en torno al siniestro ático de la casa. Pronto, la paranoia se irá desatando en Dana, nublando aún más la delgada línea que separa la realidad de la fantasía, e incluso de la cordura.

La última vez que vi una película de terror de Kate Beckinsale, di gracias al cielo por no vivir en Estados Unidos. ¿Recuerdan “Hotel Sin Salida”? Un thriller de terror donde un matrimonio es acosado por los inquilinos de un hotel en medio de la carretera. Una espeluznante película que no recomiendo ver si van a hacer un viaje al extranjero.

Esta vez, Beckinsale nos lleva a otro lugar apartado a las afueras de la ciudad; una casa rural que esconde un terrible pasado. ¿Suena espeluznante, no? Pero en realidad, “En el Ático”, o más bien “El Cuarto de la Decepción” (su título original), es sólo eso… una total decepción.

Con un relato tan perturbador como el opening de la primera temporada de “American Horror History”, además de un escenario perfecto en medio de la nada, y una suculenta actriz principal, la película tenía de todo para brillar. Sin embargo, lo único que brilla es la exuberante cabellera rubia de la protagonista.

No soy admirador del trabajo de Caruso, pero debo decir que ésta es la película más débil que ha hecho hasta la fecha. No obstante, creo que el verdadero responsable del fiasco es el guión, el que estuvo a cargo del propio Caruso, junto al actor Wentworth Miller, quien hace su segunda incursión como guionista.

«En el Ático» no me asustó en ningún momento, y lamentablemente, me dejó bastante decepcionado, por la lentitud en su presentación, y la mala trama ejecutada en pantalla.