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He de admitir que tengo un gusto particular por las películas de Matías Bize («La Vida de los Peces»; «La Memoria del Agua»). A pesar de tener una filmografía limitada, el director chileno tiene una mano muy propia que distingue su estilo de cine, el cual, se sustenta en una arista muy realista y profunda que nunca resulta aburrida cuando está bien hecha: el estudio de personajes respecto a realidades emocionales humanas. En el caso de su cinta más reciente, «En Tu Piel», Bize explora una temática que ya había abordado anteriormente con «En la Cama» (2005), sólo que esta vez se enfoca en la intimidad de dos conocidos involucrados de forma sexual, en vez de explorar la complicidad de dos desconocidos en una aventura de una noche. ¿Resulta efectivo este cambio de perspectiva?
Sinopsis: Julia (Eva Arias) y Manuel (Josué Guerrero) se encuentran todos los jueves estrictamente para tener relaciones. Poco a poco abrirán su intimidad. Empezarán a discutir sus miedos más profundos y su filosofía de vida. Pronto terminarán por conocerse y saber sus pensamientos más profundos. Ahora el amor entre ambos podrá cambiar el sentido de sus vidas para siempre.
Desde un principio, el director nos pone de frente en una situación delicada y de claro cuestionamiento ético, ya que nuestros protagonistas son amantes que ya tienen matrimonios por otro lado, y han prolongado sus encuentros íntimos por un buen tiempo. Es por lo mismo que la situación de ambos personajes ya parte con un conflicto que gira en torno al escapismo sexual, al cual tanto él como ella recurren, a pesar de que nunca realmente sabemos sobre la vida pública que ambos llevan, sólo nos acotamos a ver las cosas desde este affaire secreto.
Sin embargo, la cinta no es realmente sobre un amorío, sino que trata efectivamente sobre la evolución de los nexos entre estas dos personas que partieron encontrándose bajo un acuerdo netamente sexual, y que eventualmente se ven afectados en su creciente complicidad mutua por el gran factor que siempre trae inestabilidad a los placeres (grandes y pequeños) de la vida: las emociones.
Bizé junto al guionista Julio Rojas, se encargan de crear diálogos y situaciones donde sólo la actuación es capaz de construir personajes de los que poco sabemos pero que nos cuentan mucho a través del lenguaje que ambos tienen, tanto físico como literal: las miradas; la forma en la que son próximos el uno con el otro; las dinámicas sexuales que tienen, bien cambiantes a momentos; los intercambios que tienen respecto a cómo ven la vida, cómo se han imaginado en el futuro del otro, etc…
Si bien, hay momentos en donde el diálogo se torna claramente embellecido en vez de trabajar con una naturalidad más cotidiana, al no ser excesivo, encuentra la manera de ir al punto y dar vida a emociones que resultan tener mayor peso que el examinar si son palabras que personas intercambiarían de esa misma manera en la vida real. A veces se necesita esa manito narrativa para dar un mayor peso a las cosas, en vez de sentarse en la cruda línea del híperrealismo.
Sin embargo, a pesar de todos estos logros, considerando que el director ya se había sumergido anteriormente dentro de este mundo tan humano y personal, hay que admitir que su primera vez fue mejor. Los personajes interpretados por Eva Arias y Josué Guerrero, si bien están muy bien actuados y poseen una química muy natural y hasta explosiva a momentos, no resultan ser muy interesantes para cuando la historia termina. Y pese a que logran comunicar mucho sobre la relación que hay entre ellos, no logran transmitir mucho sobre lo que los define a cada uno como personas, por lo que hay una clara contradicción entre el conocer a los personajes como pareja y conocerlos cómo son propiamente tal; es como tener un logro detalladísimo de un 50% y tener el otro porcentaje completamente descuidado.
Como todas las películas de Bize, «En Tu Piel» es una cinta propia de un cine de gusto adquirido, que si bien no está a la par con las mejores películas del director, no deja de contar con un trabajo de personajes que tiene destellos bastante llamativos, principalmente respecto a cómo se puede profundizar en la complicidad sexual y emocional de dos amantes a partir de tanto lo que dicen como lo que no. Buenas actuaciones y tremendos detalles que ciertamente suman una experiencia que vale la pena vivir en la pantalla grande para aquellas personas a quienes les interesa ver cómo el cine puede explorar la naturaleza humana desde lo cotidiano.
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