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¿Hay algo que no se haya hecho en el género de zombies? Generalmente el cine asiático es el que suele salirse de la norma y entregar películas que no se parecen a nada visto antes, y Estación Zombie sigue esa costumbre con una historia que no es para nada original, pero su ejecución es novedosa y refrescante en un género tan lleno de lugares comunes como el cine zombie.
Sinopsis: Un desastroso virus se expande por Corea del Sur, provocando importantes altercados. Los pasajeros de uno de los trenes KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia.
Comencemos con una interrogante: ¿es Estación Zombie una película de acción, comedia o un drama? Respuesta: ninguna, y todas a la vez; por eso destaca sobre otras películas del mismo estilo, debido a que no se queda atrapado en un solo género, y sin ningún miedo se pasea por estilos diversos sin perderse la continuidad de la trama, sintiéndose como muchas historias pequeñas que conforman una narrativa mayor.
Su director se toma el tiempo necesario para presentar los argumentos secundarios que la componen durante sus dos horas de duración, y aunque la transición es difícil… e incluso, a ratos cuesta mucho tomarse la película de forma seria; una vez que logras meterte de lleno, Estación Zombie se hace amena y puedes reír con tranquilidad, a sabiendas que al siguiente momento podrías estar llorando o en el borde de tu asiento sin previo aviso.
La historia cuenta con personajes comunes y ya vistos antes, pero estos están muy bien trabajados, con virtudes y defectos expuestos de forma rápida, sin darles necesariamente una razón de ser concreta, pero si una forma de actuar predecible en correspondencia a su personalidad; todo esto siendo posible gracias a actuaciones muy sólidas de un elenco amplio, en donde cada quien tiene su momento para brillar.
Dos menciones honoríficas: el actor Ma Dong-seok, quien demuestra claramente su pasado como entrenador profesional de artes marciales con un personaje increíble, que te hace gritar a su favor y sin lugar a dudas se ganó un tremendo espacio en nuestro corazón y se convirtió en el MVP de Estación Zombie. La otra mención: Kim Eui-sung, como uno de los antagonistas más fáciles de detestar del minuto uno, de forma totalmente innecesaria gratuita. Desgraciado.
Una particularidad de Estación Zombie es la dirección de la película, en como se desenvuelven los personajes, los encuadres de la fotografía y sus transiciones, pareciéndose mucho a una obra de animación o incluso un cómic, lo que puede explicarse debido a que el director Yeon Sang-ho ha participado en diversas películas de animación como director y animador en jefe, traspasando su experiencia y conocimientos creando una experiencia muy veloz, vertiginosa que, aunque plagada de situaciones clave que ocurren muy por la trama, se hace agradable de ver.
La película entrega una mirada novedosa al género y muy distinta, que si bien, no es perfecta y falla a la hora de entregar explicaciones (sembrando más dudas que respuestas), logra combinar una gran crítica social, un viaje de autodescubrimiento del personaje principal, tomas maravillosas y una banda sonora que refleja bien cada momento; junto con una horda de infectados persiguiendo a los personajes principales a través de un tren bala en movimiento.
Estación Zombie es una historia que, claramente, puede pasar por un gran análisis posterior, logra concluir de forma tan concreta cada arco argumentativo que puede disfrutarse solo viéndola, y probablemente pase a la historia como una de esas películas que hay que ver de la temática de los no-muertos/infectados; una gran película para ver con los amigos y pasar un buen rato.
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