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«Star Wars», es sin dudas una de las franquicias más icónicas del mundo del cine, y una de las sagas con mayor potencial (narrativo y económico) tras haber sido adquirida por la famosa «casa del ratón» -y posible futura dominadora del mundo-, Disney. En 2016 vimos la primera cinta antológica dentro de la franquicia, «Rogue One», la cual fue un éxito de taquilla que si bien no destacó -por lejos- como una de las mejores cintas de la misma, si demostró el potencial de poder explorar el universo creado hace 40 años por George Lucas, a través de historias ocultas que tienen todo el contenido necesario para merecer relatarse, y la oportunidad de mostrar increíbles piezas de ciencia ficción (el asedio a la base militar de Scarif es ahora un hito en el mundo fílmico de «Star Wars»).
Ahora nos vemos frente a la segunda entrega antológica, «Han Solo: Una Historia de Star Wars», la cual, tal como sugiere el título, explora los orígenes del carismático personaje interpretado en un principio de manera icónica por Harrison Ford. Sin embargo, trabajar con un personaje favorito por los fanáticos no fue argumento suficiente como para que a ellos les pareciera que una cinta así se justificaría. Siendo que ya ha sido estrenada, ¿lo logró entonces? Pues en la opinión de este crítico, ciertamente sí, y mejor de lo que esperaba.
Sinopsis: A bordo del Halcón Milenario HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS trae una nueva aventura con el contrabandista más querido de todos los tiempos. A través de una serie de arriesgadas travesuras en un oscuro y peligroso submundo criminal, Han Solo conoce a su futuro amigo y copiloto y encuentra al apostador Lando Calrissian en un viaje que marcará el curso de uno de los héroes más inesperados de Star Wars.
Creo que la mejor manera de comenzar a reseñar esta cinta es dejando en claro que de ninguna manera esta es de las mejores películas de Star Wars, de hecho, sería correcto afirmar que de las 10 que se han estrenado hasta el momento (sin contar la animada «Clone Wars»), esta es sin dudas la cinta con menos contenido respecto del mythos del lado oscuro y el lado de la luz que conocemos, y que hasta ahora, había regido la línea narrativa principal de la franquicia respecto de todos sus personajes.
Sin embargo, es a mí parecer que esta desviación no le juega en contra a la cinta, ya que si bien «Han Solo…» no será la película más profunda de la franquicia, logra quedar sin dudas dentro de las más entretenidas (sino LA más entretenida) de toda la saga.
¿Cómo es esto posible? Pues hay que partir considerando que cuando tu historia parte en la base de que todo transcurre en una guerra intergaláctica llena de diversos planetas y culturas, las posibilidades y la variedad son ilimitadas. Han Solo es en esencia, un ladrón, un contrabandista, un forájido, y la película se enfoca en dar una introducción al mundo del hampa intergaláctico. Un espacio lleno de sindicatos de mercenarios y traicioneros, que independiente de sus raíces, harán lo que sea con el fin de lograr tan solo un objetivo: sobrevivir.
Si bien la mitología de los jedi y los sith tenía su inspiración en los caballeros de la edad media, Han Solo es un personaje basado netamente en las bases de los westerns de antaño, esos antihéroes cuyas morales y prioridades siempre han sido éticamente cuestionables, pero que en esencia, no dejan de ser los buenos; y es en ese mundo que la película se mueve, uno donde los conflictos verdaderos no son sobre el bien y el mal, sino sobre sobrevivir el día a día, tener aventuras, y galopar (en este caso, volar) hacia el horizonte. En este sentido, la cinta es un vistazo más que fidedigno a lo que nos podríamos haber imaginado desde pequeños cuando pensábamos en cómo habrían sido las aventuras de Han Solo junto a Chewbacca.
Ahora, claramente una de las preocupaciones más grandes que todos tenían, eran respecto al reparto. Pues honestamente, me alegro de decir que los artistas electos para la cinta han sido más que acertados, y que a diferencia de las críticas que puedan tener aquellos que se consideren como «puristas» de Star Wars, cumplen por su mayoría con representaciones más que satisfactorias y respetuosas, tanto de los personajes que ya conocimos en un pasado, como de los nuevos que vemos en el trayecto.
Alden Ehrenreich («¡Salve, César!») es de hecho un muy buen Han Solo, lleno de vida, ambición, ego, y por sobre todo, carisma, y contrario a las reservas que muchos han tenido sobre él, considero que no pudo haber hecho un mejor trabajo. Hay muchos de los gestos originales de Harrison Ford en él, al igual que muchos elementos originales que el propio Ehrenreich le agrega al personaje, manejando un balance de tanto nuevo como viejo que resulta más que satisfactorio. Asimismo, Chewbacca (interpretado por el finlandés Joonas Suotamo) tiene probablemente el mejor protagonismo visto a la fecha en alguna de las películas anteriores, cementándose no tan solo como un gran compañero para Han, sino también como un tremendo guerrero digno de temer (créanme, los arrancará en pedazos de poder hacerlo).
Por otro lado, el reparto secundario también se luce. Donald Glover («Atlanta») como Lando Calrissian es sin dudas uno de los aspectos más brillantes de la cinta, lleno de un encanto y carisma que le hace honor y demuestra de manera completamente creíble los inicios del icónico personaje interpretado originalmente por Billy Dee Williams. Asimismo, la androide y compañera de Lando, «L3» (con la voz de la chistosísima comediante inglesa, Phoebe Waller-Bridge), es también otro de los mejores personajes de la película, con su actitud hosca y osada, llena de personalidad, que resulta en otra toma fresca a los diversos androides que hemos visto pasar por la saga, que nunca defrauda.
Quienes más dejan algo que desear son los personajes de Beckett, interpretado por Woody Harrelson («Tres Anuncios por un Crimen»); Qi’ra, interpretada por Emilia Clarke («Game of Thrones»); y Dryden Voss, interpretado por Paul Bettany («Avengers: Infinity War»). Esto se debe a que, si bien ninguno de los personajes es mal actuado en lo absoluto, sus arcos narrativos fallan por motivos distintos en cada caso. En el de Beckett, el personaje, si bien es entretenido de ver a todo momento, nunca deja una verdadera huella como el supuesto «mentor» de Han, a pesar de que así es como intentan dejarlo a ver. En el caso de Qi’ra, a pesar de notar las intenciones de hacia dónde va el personaje, no tiene una evolución verdadera en la cinta, hasta las posibilidades que deja abiertas al final, pero que básicamente es abrir puertas para la segunda parte. Y en el caso de Voss, la verdad es que a pesar de la presencia e intimidación que Bettany trae a pantalla, el personaje tan solo aparece 2 veces en toda la película, y él es básicamente el antagonista, por lo que el error habla por sí solo.
Por otra parte, cabe aplaudir la labor del director Ron Howard («Apolo 13»), quien tras la renuncia de los directores originales, Phil Lord y Chris Miller, tuvo que volver a filmar por lo menos un 80% de la película (básicamente partió desde cero), y logró sacarle el jugo visualmente, dando vida al hampa criminal de Star Wars con muchos efectos prácticos y un nivel de producción de primer nivel, que realmente te hacen sentir que estás viendo algo palpable y lleno de su propia cultura, en la pantalla grande. El mero hecho de que lograra hacer todo esto dentro del plazo de tiempo que se fijó originalmente para la cinta cuando Lord y Miller estaban en cabeza de la misma, es un logro destacable y digno de ser aplaudido por si mismo, en especial porque se nota que Howard tiene un amor y cariño por lo que está filmando.
Ahora, si bien me he dedicado a hablar maravillas de la cinta, la verdad es que no carece de fallas, y como todo en la vida, hay que ser justo tanto con lo bueno y lo malo. El gran problema de «Han Solo…» es que, si bien es sumamente entretenida, su historia es bastante básica, tal vez demasiado a momentos, al punto en que radica en que nos pasamos poco más de dos horas siguiendo a un personaje en una aventura que realmente poco a nada lo moldea para cuando comienzan a rodar los créditos. Si bien vemos que Han ha aprendido y ha vivido bastante a través de su viaje, la realidad es que para cuando llega el final, él sigue sin ser aún el Han Solo que conocimos en la trilogía original, y si bien se puede apreciar la idea y la posibilidad de que esto sea tan solo el «inicio» del viaje del personaje, también hay mayor peso en la noción de que esto simplemente no sea más que un desarrollo pobre o mal enfocado de personajes por parte de los guionistas.
Para resumir, «Han Solo: Una Historia de Star Wars» no será la gran película que muchos esperarían que Han Solo debiera merecer, pero sin dudas es una que logra entretener de principio a fin, y que paga un respeto más que suficiente a los personajes que está intentando moldear a partir de sus inicios. A pesar de que no hay un mayor desarrollo de los personajes para cuando ruedan los créditos, no deja de haber un carisma y encanto plasmado en pantalla, en conjunto con esa fascinación clásica por los mundos inexplorados de Star Wars (con sus planetas y razas alienígenas) que nos encantaban desde niños, y que en suma resultan en una experiencia satisfactoria y entretenida que logra justificar (aunque sea duras penas) a una cinta que desde su anuncio, se cuestionó su mera razón de existir. Si bien espero de corazón que la secuela apueste por una mayor profundidad y desarrollo dignos de los personajes y de la propiedad en sí, no deja de parecerme grato afirmar que Han Solo disparó primero, y si bien no fue del todo centrado, si dio lo suficiente en el blanco como para asegurarse un espacio en mi corazón aventurero e infantil.
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