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Probablemente todos hayamos escuchado sobre el desastre del Golfo de México, ocurrido en abril de 2010. La explosión de una plataforma petrolera generó un desastre natural de dimensiones jamás vistas. Pero «Horizonte profundo» es una película que intenta ir mucho más allá de eso, retratando la historia de los quienes vivieron en primera persona la tragedia.
Sinopsis: Mike Williams es un trabajador de la plataforma petrolífera, Deepwater Horizon, situada a 60 kilómetros de la costa de Louisiana en pleno golfo de México. El 20 de abril de 2010 el lugar sufría una terrible catástrofe: un incendio provocó una explosión, lo que hizo que todo el lugar se hundiera. Esta tragedia se saldó con la vida de once trabajadores, además de causar uno de los desastres medioambientales más graves de la historia. Un total de cinco millones de barriles de crudo fueron vertidos a las aguas del Golfo de México, provocando grandes e irrecuperables daños en el ecosistema marino.
La película inicia con el audio real del juicio posterior a la tragedia, del juicio que trataría de esclarecer lo que ocurrió ese fatídico día, en donde a pesar de la claridad de los agentes responsables, no se concretó ningún cargo en su contra. Todo esto sin imagen alguna en la pantalla. Porque desde que nos sentamos conocemos la tragedia de la que seremos testigos, y la tensión es palpable.
Dirigida por Peter Berg, y protagonizada por Mark Wahlberg, Kurt Rusell, Kate Hudson y Dylan O’Brien. El director, que ya se ha enfrentado a este tipo de proyectos antes (El sobreviviente) sabe encontrar un equilibrio entre todos los elementos, entregando un producto final destacable.
El guión se basa en la historia vivida por los trabajadores de la plataforma, una que se sintió un poco olvidada cuando los hechos ocurrieron, pues fue eclipsada por la tragedia del impacto medio ambiental del accidente. Centrada en el artículo del New York Times, «Las últimas horas de Deepwater Horizon», la narración nos sumerge de a poco y de manera paulatina, pero para nada aburrida, en la cadena de acciones que llevarán a que todo termine mal, una historia que parte en la cotidianidad del trabajo, pero acompañada de una banda sonora que jamás nos deja olvidar hacia dónde se dirige todo. El toque final al cuidado homenaje a las víctimas que se desarrolla durante toda la película, es cuando al finalizar se muestran nombres y fotografías reales de las 11 víctimas que dejó la catástrofe.
La fotografía destaca en varias ocasiones, en donde se presentan imágenes que quedarán en la memoria del espectador, como lo es la recreación del funcionamiento de la bomba extractora de petroleo con una lata de bebida, o la bandera en llamas una vez asumida la tragedia.
Algo que rescato mucho de la película es que durante toda la serie de eventos va orientando al espectador sobre aspectos técnicos útiles de considerar a la hora de entender cómo y por qué se produce la catástrofe, integrándonos al escenario en que se desenvuelve la historia y al funcionamiento de la plataforma petrolera.
Los efectos especiales son uno de los puntos más fuertes de la película, realistas y precisos para ambientar lo que tuvieron que vivir quienes ahí se encontraban. Aunque a ratos me resultaban abrumadores, por lo difícil que es dimensionar la catástrofe hasta que te la muestran, el director siempre supo volver a poner el foco en las personas.
Las actuaciones de Mark Wahlberg y Kurt Rusell son las que más destacan. Mark encarna a Mike Williams, que es el trabajador a través de quien se cuenta la historia. Mike es un trabajador como cualquier otro, pero que vemos transformarse frente al desastre, convirtiéndose en algo mucho más real que un héroe: En un líder. El encabeza gran parte del rescate de sobrevivientes, manteniendo su mente clara y actuando con determinación y valentía. Por otra parte está Kurt Rusell, interpretando a Jimmy Harrel, el encargado de la plataforma, un personaje duro y con decisión, quien lucha desde el inicio por hacer las cosas bien y cuidar por quienes están a su cargo, pero que se ve superado por las demandas motivadas por la avaricia de la empresa británica BP. Ambos actores rescatan con intensidad la esencia de sus personajes y caminan junto a la atmósfera dramática de la cinta.
Quizás sea porque como país hemos vivido en carne propia lo que es ser parte de un desastre y que los protocolos no estén a la altura, quizás sea porque la forma en que el director combina las imágenes, con grandes efectos especiales y la historia es magistral. Pero definitivamente Horizonte Profundo es una película que genera un impacto que sale contigo de la sala, y no te deja por varias horas, y que no te arrepentirás de ver.
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