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Esta es, supuestamente, la última película de la saga que comenzó el 2003. Luego de que algunos rumores indicaran que se trataría de un reinicio de la saga, finalmente se optó por un cierre a esta pentalogía y en ella, veremos una vez más a Selene (Kate Beckinsale) tratando de parar finalmente la milenaria guerra entre licántropos y vampiros, algo no muy diferente de sus predecesoras, pero llevado a un nuevo nivel, más acorde al cine contemporáneo.
Inframundo: Guerras de Sangre empieza con un resumen en primera persona de sus precuelas, lo cual se agradece, especialmente porque es una saga que partió hace 13 años, y para quien por desconocimiento o falta de interés se haya perdido alguna de las 4 películas anteriores, un resumen nunca es malo, haciendo innecesario ponerse al día con todas las películas anteriores, pero si ya se es fanático y has visto las demás, sin duda valorarás mucho más cosas de la película.
Sinopsis: La trama sigue a Selene (Beckinsale) mientras se defiende de los brutales ataques tanto del clan de los Licántropos y de la facción de Vampiros que la traicionaron. Teniendo a David (James) y a su padre Thomas (Dance) como únicos aliados, ella tendrá que detener la eterna guerra entre los Licántropos y Vampiros, incluso si esto significa que tendrá que hacer un último sacrificio.
Kate Beckinsale siempre ha sido ama y señora de esta saga, (salvo para la tercera que funciona como precuela de la historia original) y en esta película se suman actores que dan mayor relevancia al reparto completo, algunos que ya participaron en entregas anteriores y que dan un atractivo mayor a la película y un buen cierre a la historia: Theo James (Divergente), Lara Pulver (Da Vinci’s Demons) y los ya reconocidos actores de Game of Thrones: Charles Dance y Tobias Menzies, imagínenlo: es como estar viendo GOT con vampiros y licántropos: entretenidísimo.
Uno de los puntos más altos de la película debe ser los enfrentamientos, que no escatiman en mostrar la violencia y el poderío de las razas en conflicto, sumado a una enorme calidad gráfica y efectos; que alcanzan su punto más alto en comparación a todo lo que habíamos visto en la saga Underworld, haciendo justicia a un verdadero enfrentamiento entre hombres lobo y vampiros, junto a una fotografía muy bien cuidada en el estilo gótico y frío de la película. Un Jumbito.
Otro punto a favor es que el conflicto se desarrolla rápido, por lo que veremos secuencias de acción muy seguidas, y algunos giros en la trama que le dan bastante dinamismo al conflicto central, haciendo que no se vuelva tedioso a pesar que sea parecido a lo que hemos visto en esta milenaria guerra. Sin embargo, la película tiene un problema central, que se ha repetido también en sus antecesoras, su narrativa: hay muchos factores que se pasan por alto, historias que quedan a medias y algunos hechos importantes para la trama que nunca se desarrollan, y que al parecer nunca lo harán (bienvenido seas reboot), siendo este el final de la saga, no debería suceder, sobretodo porque en esta película se muestra un universo mucho más amplio y rico en historias que contar, pero con cambios de director y de ideas sobre la trama desde el comienzo, es algo que se veía venir.
Inframundo: Guerras de Sangre es la primera película dirigida por Anna Foerster, hasta ahora prestigiosa directora de fotografía y efectos visuales (Alien: Resurreción, 10.000 a.c, Día de la independencia), lo que explica mucho su elección y el resultado final, pasando la prueba para poner el punto final en la historia de Selene. Su estreno es este 1 de diciembre en nuestro país.
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