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Jennifer Lawrence vuelve a los roles dramáticos para deslumbrar una vez más con su calidad actoral, y lo hace de la mano de David O. Russell, con quien ya trabajó antes en “El Lado Bueno de las Cosas” (2012), obteniendo un Oscar por su interpretación, y “Escándalo Americano” (2014), donde fue nominada como mejor actriz de reparto.
Sinopsis: La historia de una mujer que se convierte en la fundadora de una dinastía empresarial y matriarca de su disfuncional familia, enfrentándose a un sin número de adversidades y fracasos en su camino al éxito.
Hay películas que hablan por sí solas. Joy es una de ellas, porque para ser sinceros, el tráiler no hace ni cosquillas. O. Russell se encarga de poner todo el material en escena, para luego ir desenmarañando la trama, paso a paso, junto a su protagonista.
Jennifer Lawrence construye un poderoso personaje; una mujer perseverante pese a la adversidad, que no da el brazo a torcer ante el cruel destino y que no se rendirá sin dar la pelea primero. Un rol femenino potente que no habíamos vistos desde “Lazos de Sangre”.
Joy parece una ironía si consideramos el significado del nombre en inglés (alegría), porque vemos una mujer marchita que se dio por vencida con sus sueños de niña, para convertirse en la mujer que todos necesitan, excepto ella.
Aquí es donde comienza la historia, donde Joy inicia un viaje de crecimiento personal que la llevará al mundo de los negocios, recibiendo valiosas lecciones de vida.
Porque ante todo el drama y la historia de superación que envuelve a Joy, tenemos una clase de marketing magistral, donde las “4 P” cobran vida para darnos una valiosa lección que jamás aprendí en la Universidad; la vida real apesta y por mucho que se planifiquen las cosas…siempre se termina por improvisar.
Jennifer Lawrence tiene una merecida nominación al Oscar por Joy. David O. Russell nos vuelve a entregar un filme digno de ver, un drama que incluye lecciones de vida y marketing, para disfrutar.
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