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En el año 1999 una cinta dejó una marca en la historia del cine. Antes de Actividad Paranormal (2007) REC (2008) o incluso Cloverfield (2007), la historia de unos adolescentes que habían desaparecido misteriosamente en un bosque maldito se instalaba en nuestras mentes.
Presentado como un “material encontrado” y con una increíble campaña viral, el debate se instalaba: ¿era esto real?
Sinopsis: Unos estudiantes se aventuran en los bosques de Black Hills de Maryland para intentar descubrir qué pasó en la desaparición de la hermana de James, relacionada con la leyenda de la Bruja de Blair. Todo marcha bien ya que una pareja de lugareños se ofrece a ser sus guías en los bosques, pero llegada la noche una extraña presencia los visita, lo que confirma que la leyenda es real y mucho más siniestra de los que ellos habrían podido imaginar.
Tal fue el éxito que tuvo «El Proyecto de la Bruja de Blair» (1999) que revitalizó un género con pocos antecedentes: found footage (material encontrado), e incluso tuvo una secuela llamada «El Proyecto de la Bruja Blair 2: Libro de Sombras» (2000), la cual no utilizó la misma técnica que la anterior y no tuvo una recepción positiva.
Tras 17 años llega a los cines «La Bruja de Blair», una secuela directa a la original, que retoma la historia más de 20 años después. James (James Allen McCune), hermano menor de Heather, protagonista de la precuela, está convencido de que su hermana sigue en los bosques, de alguna forma.
Después de ver un vídeo en Internet en donde se aprecia una extraña figura femenina, se convence y decide ir a buscarla con un grupo de muy buenos amigos, Lisa (Callie Hernandez), Peter (Brandon Scott) y Ashley (Corbin Reid) además de dos locales, Lane (Wes Robinson) y Talia (Valorie Curry) aficionados paranormales que habrían encontrado en el bosque la cinta que James ve en internet.
La premisa a ratos es un poco absurda, y si bien la motivación de James se comprende en parte, los otros personajes no tienen una razón real más allá que el mismo argumento forzado de la película y sus acciones no reflejan un guión bien escrito ni una historia muy trabajada.
Como ya no es 1999, esta vez no tenemos una sola cámara inestable, si no que tenemos celulares, cámaras profesionales, drones y más, jugando con el género de la película, pero respondiendo a la tecnología moderna y entregando un producto fresco, que sabe mantener la premisa original de un material amateur.
Esta vez La Bruja de Blair no se va con rodeos, y no pasan más de 25 minutos antes que comiencen los sustos. Uno que otro grito o ruidos fuertes que te harán saltar de tu asiento, pero no logra crear una sensación de tensión ni suspenso que te mantenga atento toda la película.
Detrás de la película existió una tremenda campaña de secretismo, trabajando bajo el nombre secreto de «The Woods» (El Bosque), incluso mostrando la primera vez esta película con este título en Comicon, para evitar los comentarios negativos de la gente antes de conocer el contenido de la película. El uso de actores en su mayoría desconocidos ayuda a la autenticidad de la película, aunque no busca plantearse como una historia real.
La Bruja de Blair es una secuela digna a la original, haciendo olvidar la secuela del 2000, aunque no tiene la misma intensidad y elemento sorpresa que El Proyecto de la Bruja Blair. Todo lo que sucede es predecible, e incluso a ratos se siente como una imitación de la primera más que un producto original.
De todas formas logra sortear el obstáculo tremendo que es presentar una película del género de material encontrado con la tecnología moderna, y este es su punto más fuerte y en el que apoya toda su premisa, logrando entregar una idea refrescante en un género tan repetitivo como el terror.
Si el cine de terror que te gusta es aquel que no te deja dormir en la noche, definitivamente «La Bruja de Blair» no es para ti, pero si disfrutaste la original, ésta es una película que disfrutarás bastante.
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