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Este jueves 8 de diciembre llega a cartelera nacional “La luz entre los océanos”, película dramática protagonizada por Michael Fassbender y Alicia Vikander, que nos llevará al pasado para enfrentar un conflicto en donde el amor se ve superado por la dura realidad.
Sinopsis: Australia, 1926. Un bote encalla en una isla remota y a su encuentro acuden el farero Tom Sherbourne (Michael Fassbender) y su joven esposa Isabel (Alicia Vikander). En el interior del bote yacen un hombre muerto y un bebé que llora con desesperación. Tom e Isabel adoptan al niño y deciden criarlo sin informar a las autoridades. Todo se complica cuando años más tarde conocen en el pueblo a Hannah (Rachel Weisz), una mujer atormentada por un trauma del pasado.
La película, basada en la novela homónima de M. L. Stedman, tiene una historia que no busca sorprender: La conocemos de inicio a fin con solo mirar el trailer. Un ex soldado cuya personalidad ha sido perturbada por lo que vivió en la guerra, busca huir de los horrores que aún atacan su mente, y no encuentra mejor forma de hacerlo que en la soledad de su nuevo trabajo como vigilante del faro de Janus. Pero sus planes se ven alterados por Isabel, quien logra descubrir al hombre oculto detrás del muro, conquistarlo y convertirse en su esposa. Juntos se aventuran a esta isla desierta para vivir una historia tan intensa y real como la vida misma, viviendo de altos y bajos, pero jamás en paz.
El comienzo de su vida en matrimonio parece prometedor, pero todo pronto se ve truncado por la imposibilidad de tener hijos, peso que cuando parece que hará sucumbir todo, se ve liberado con la inesperada llegada de un bebé en un bote náufrago.
El enfoque está entre el dilema moral y el amor, no en el sufrimiento propio de los sucesos, que se ven en un plano más frío y lejano, pero no por eso menos importante. La cinta es un duro golpe de realidad, con emociones intensas y a ratos idílicas, tanto, que deben ser quebrantadas por la circunstancias, porque la vida jamás ha sido fácil. Todo eso hizo que, a diferencia de lo que esperaba, la película no me emocionara hasta las lágrimas, sino que me provocara un nudo en el estómago que no se fue hasta el final.
El trío protagónico es perfecto en su interpretación: un Fassbender afligido, atrapado, incapaz de vivir sin cuestionar, por otro lado está Rachel Weisz, quien da vida a una mujer atormentada por una tragedia que es incapaz de superar, pero fuerte y decidida al mismo tiempo, quien, motivada por el dolor, será la piedra de tope en la luz de esperanza que ha parecido aparecer en el mar tortuoso de la pareja Sherbourne. Pero sin duda quien más destaca es Alicia Vikander, con una personalidad burbujeante y una tormenta de emociones, quien al contrario de Fassbender, sólo busca concretar sus anhelos, sin importar lo que eso signifique, sentimientos que son personificados de manera admirable por la ganadora al oscar, y que al igual que en «La chica danesa», a ratos opacaba a su coprotagonista. Así que cuídense las futuras parejas cinematográficas de Vikander: Gran desafío tendrán ante ustedes.
La cinta está llena de simbolismos y metáforas, que inician desde el nombre y alcanzan hasta lo visual: El retrato de los paisajes es formidable, llevando el ritmo del drama. Imponentes panoramas que van de lo luminoso a lo sombrío, de la esperanza, a la desolación, dando un respiro para seguir sumergiéndonos en el inevitable curso de la historia.
El film sin duda entrega lo que promete, y a pesar de que a veces el director, Derek Cianfrance, se vuelve un poco ceremonioso a la hora de presentar la trama, esta se logra disfrutar, caminando sobre este equilibrio creado entre el deber y el deseo. Si te gustan las películas dramáticas, y eres un seguidor de estos actores, «La luz entre los océanos» de todas maneras merece tu atención.
Llego de verla, quizas unade las peliculas que mas he esperdo este año. Cuando lei el libro fue una tormenta de emociones, tienes el punto de cada protagonista y en cada pagina puedes ponerte en su piel. Tuve miedo de que no fuera asi la cinta pero esa sensacion de realidad no falto, al contrario. Es un final agridulce pero real luego del conflicto del amor contra lo que es correcto.
Es una pena que solo llego a pocas salas y horarios, si pueden corran a verla. Yo ya pienso en repetirme el plato feliz.