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Las comedias coming-of-age se volvieron un ícono importante en el cine a partir de los años 80′, con éxitos como «El Club de los Cinco» (1985), «Clueless» (1995) y «Chicas Pesadas» (2004), que hasta el día de hoy son popularmente referenciados de forma multigeneracional. Tal es la influencia de estas películas -de las buenas al menos- que cada cierto año, cada generación recibe una nueva entrega que marca a sus integrantes por siempre. «La Noche de las Nerds» («Booksmart») es sin duda alguna uno de estos nuevos hitos cinematográficos.
Sinopsis: Dos excelentes estudiantes y grandes amigas, en la víspera de su graduación de su instituto, de repente se dan cuenta de que podrían haberse esforzado algo menos en clase y haberse divertido más. Así que deciden hacer algo al respecto para compensar tanto estudio y tan poca diversión: recuperar los años perdidos en una noche loca.
Después de haber visto «La Noche de las Nerds», me resultó difícil no pensar en su contraste con «Super Cool» (2007) -otro hito del coming-of-age– ya que son bastante similares en sus premisas, pero que funcionan extremadamente bien por su propia cuenta ya que los personajes viven y perciben los sucesos de formas diferentes; las prioridades son distintas, las mentalidades también, y de la misma manera que en «Super Cool» se ve un sinfín de idioteces que sólo unos desadaptados escolares harían en su último día de colegio, aquí vemos las idioteces en las que un par de desadaptadas se meterían en ese mismo escenario, pero nunca perdiendo el vínculo de amistad y camaradería que hace que la película funcione tan bien.
La cinta es el debut como directora de Olivia Wilde («House M.D.»; «Tron: El Legado»), quien demuestra que tiene un gran talento detrás de cámara al darle a sus personajes una dirección muy bien lograda. Sabe perfectamente lo que quiere lograr con su historia, cosa que también se ve potenciada por el guión escrito por un grupo de cuatro mujeres guionistas y comediantes, que han trabajado anteriormente en el género y el coming-of-age, resultando en personajes que se sienten originales y fieles a sí mismos, sin parecer inverosímiles.
Bajo esta misma línea, ciertamente la parte más destacable es la dinámica entre las protagónicas Molly y Amy, interpretadas por Beanie Feldstein («Lady Bird») y Kaitlyn Dever («Justified»), quienes tienen una química entrañable a lo largo de toda la película. Ambas artistas no sólo tienen un gran don para la comedia, sino que logran plasmar el vínculo de amistad todo el tiempo, se siente real y genuino. Por lo mismo, la resonancia emocional de la historia tiene un peso importante, ya que después de todo, uno de los pasos más difíciles de crecer es aprender a dejar que aquellos que queremos sigan sus propios caminos.
Aún con esto dicho, la verdad es que varios de los personajes secundarios resaltan. Sin dudas quien se lleva los aplausos por el mayor número de carcajadas es Billie Lourd («Scream Queens») como la alocada Gigi, ya que se roba la atención de todos en cada escena que aparece. Uno de esos personajes memorables que ciertamente no se olvidan en el futuro cercano.
Personalmente, gocé de principio a fin con «La Noche de las Nerds», de formas que no me lo esperaba. Es muy chistosa, astuta sin ser estúpida o sin sentido, tiene grandes actuaciones, y he de admitir que me sorprendió con la forma en que pasa por sobre los prejuicios de estereotipos (de género y sociales) que uno acostumbra a ver en este tipo de cintas. Si bien tal vez no sea del gusto de aquellos que no disfrutan de las películas sobre adolescentes que aprenden a crecer a través de experiencias locas (incluyendo alcohol, drogas y sexo), para el resto, es ciertamente un título que merece cada peso del precio de entrada, y que debe ser revisado varias veces en el futuro cercano.
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