[Reseña] «La Salamandra»: El poder de la interpretación propia

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Este 11 de enero, en las salas del Centro Arte Alameda, se estrena «La Salamandra», cinta dirigida por Sebastián Araya Serrano (El lenguaje del tiempo). Esta co-producción chileno ecuatoriana presenta una gran oportunidad de asistir al cine y sumergirse en una aventura surrealista, la que le da un poder especial a la propia interpretación de cada espectador.

Sinopsis: «La historia transcurre en una ciudad violenta donde nuestro protagonista sucumbe ante la soledad y el delirio de sus deseos no cumplidos. Él es un hombre que desea pertenecer. Es así como proyecta en su mente un “otro hombre” que sí será aceptado. De esta manera nace un Segundo Hombre que se proyecta materialmente y lo reemplaza en la trama.»

No sería exagerado decir que luego de ver «La Salamandra» salí bastante confundido de la sala de cine. A pesar de la recomendación del director, quien explicitamente dijo que no nos esforzaramos por comprender del todo la cinta, mi cabeza trabajaba a toda maquina haciendo especulaciones e interpretando diferentes escenas que sin duda alguna me dejaron «marcando ocupado».

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La cinta transcurre en un ritmo bastante lento, lo que sumado a su caracter no lineal da como resultado una película no convencional en muchos sentidos. La ambientación en la que nos sumergimos está muy bien lograda, y ayuda a los espectadores a empatizar con la confusión del protagonista, quien cuenta con una «doble personalidad», al igual que las salamandras.

Las actuaciones son indiscutiblemente uno de los puntos más fuertes de la película. Tanto el protagonista, interpretado por Elvis Fuentes (La recta provincia) y Cristián Carvajal (Gloria) y el personaje de Tamara Acosta (Los 80′) nos soprenden con una gran calidad actoral, las que hacen que el drama de la película pueda ser tomado en serio en todo momento.


La cinematografía del filme nos permite transportarnos a ambientes surrealistas y abstractos. En conjunto con las actuaciones y la música, logra también generar una exquisita tensión, la que rompe, para bien, la lentitud en que la pelíucula transcurre. La música, a cargo del músico chileno Manuel García, es aguda y abrumante, lo que hace que el espectador se sobresalte en muchas ocasiones.

Un punto negativo que me molestó en el transcurso del filme fue la pobreza del registro de la voz de los dialogos. Al ser la música abrumadora, dejaba muchas veces en segundo plano las conversaciones de los protagonistas, que de por sí ya eran pocas, lo que me desconectó muchas veces de la trama. La duración de la cinta también es algo que le podría jugar en contra, ya que al tener una extensión de 120 minutos se siente más larga de lo que debería.

En conclusión, «La Salamandra» es una película interesante, con una propuesta no convencional, la que invita al espectador a sumergirse, sin necesidad de entender, en una trama que recorre aspectos sumamente cotidianos, tales como la explotación laboral o las ansias por ser como el resto, y aspectos más metafisicos y extraños, los que logran generar un ambiente de tensión e incomodidad que no dejará a nadie indiferente.

La invitación es a «dejarse llevar» y más que comprender del todo la cinta; sentirla. Apreciar su cinematografía, sus impecables actuaciones y ser capaces de dejar de lado el entendimiento común, para así dar riendas sueltas a la especulación y la interpretación propia. Una película perfecta para quienes andan buscando sensaciones diferentes dentro de la sala de cine.

«La Salamandra» se encuentra en la cartelera del Centro Arte Alameda, desde el jueves 11 de enero hasta el 25 del mismo mes, en el horario de las 19:00 hrs. Dirigida por Sebastián Araya Serrano y con las actuaciones de Cristián Carvajal, Elvis Fuentes, Tamara Acosta, Antonio Ordoñéz, Maria Elena Duvuachelle, Juan Panblo Miranda y Alejandro Trejo es sin duda un panorama que no puedes dejar pasar.

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