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El género de las catástrofes y los desastres naturales es un área del cine que ha sido explotada en todos los sentidos desde sus inicios en los años 70’, lo cual daría a creer que hoy en día los cineastas y guionistas no tendrían mucho más que ofrecernos en dicho departamento… afortunadamente, cuando se trata de cine, nunca es tarde para llevarte sorpresas.
“La Última Ola” (Bølgen) es una película noruega dirigida por Roar Uthaug (si bien puede que aún no lo conozcan, este hombre dirigirá pronto a Alicia Vikander como Lara Croft para el reboot de Tomb Raider), que trata sobre un pequeño pueblo ubicado en un fiordo que cuenta con una alta e impredecible actividad geológica. A raíz de esto, se desprende un fragmento de montaña que impacta con el mar, y desata una ola de 80 metros que impactará al pueblo en solo 10 minutos. Es así que se desata una carrera contra el tiempo en la cual seguiremos a un geólogo y su familia en su travesía para superar la inminente catástrofe.
Como se pueden dar cuenta, la trama es bastante simple, y la verdad es que no necesita ser más complicada ya que no es el punto de la película. Como toda película sobre catástrofes, el propósito debe ser el de hacernos creer en lo que está ocurriendo y mantenernos tensos durante el transcurso de la historia; y aquí lo logran de manera sutil y realista; siendo que toca todos los puntos típicos del género, pero asimismo busca innovar en ellos.
Hay un enfoque en el lado más humano de la situación; en vez de cementar el propósito de la película en grandes efectos especiales y destrucción masiva (de hecho, el impacto de la ola usa muy poco tiempo y es manejado de manera muy simple), la película se divide en dos partes principales, la construcción de tensión a partir de la anticipación de la catástrofe, y la tensión constante de los personajes durante su situación después del evento. Es por esto que la historia agarra peso y funciona bien, es un relato sobre el actuar humano frente a un fenómeno natural, y no sobre el fenómeno en sí.
Los protagonistas tienen buena química y logran una tridimensionalidad suficiente para acarrear la película. No hay mayor novedad en ellos, pero tampoco los detallan de manera prototípica, les dan las características más que necesarias para lograr que nos importen sus problemas y para que estemos inmersos en la situación.
Los efectos especiales están muy bien utilizados, pero tampoco requieren de una mayor alabanza porque no son el plato fuerte de la película; de hecho, se podría hasta decir que funcionan solo como un factor convincente para gatillar los sucesos de la película, pero nada más allá de eso. A veces, lo más efectivo es lo que se maneja de forma sutil y no lo que estalla en tu rostro de manera constante.
Para resumir, “La Última Ola” es una de esas raras joyitas que pertenecen a un género y le dan nueva vida, pero que de cierta manera pasan por debajo del radar (y tenemos la buena fortuna de que la vayan a pasar en nuestras salas de cine). No busca deslumbrar con efectos especiales, ni tampoco comercializar como otro producto del género de las catástrofes; busca innovar, y por sobre todo, entretener con emoción en vez de con lo que puede lograr la tecnología hoy en día. Para los fanáticos de este tipo de películas, probablemente será un respiro de aire fresco y nuevo; para el cinéfilo de corazón, es una propuesta interesante; y para aquellos que van al cine a entretenerse, es una película que vale por completo el costo de entrada, lo cual es mucho más de lo que se puede decir de varias de las otras películas en cartelera.
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