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La vida es una montaña rusa, en algunas ocasiones te encuentras en lo más alto y de pronto caes en picada. «La vida misma», usa esta analogía para construir un relato que busca demostrar y acercarse a la realidad, que en algunas ocasiones puede estar marcada por la tragedia, en otras por el amor y finalmente por la esperanza que todo saldrá bien. Un relato emotivo y dramático, quizás un poco excesivo, que puede encantar o todo lo contrario, pero que se encarga de mostrar ambas caras de la moneda.
Sinopsis: Una historia de amor a lo largo de varias generaciones, con diferentes personajes cuyas vidas se entrecruzan, y ambientada en las calles de Nueva York y en España.
«La Vida Misma» se encuentra dirigida por Dan Fogelman, director y guionista estadounidense que ha participado en reconocidos proyectos como: «Enredados», «Loco, estúpido, amor», «Bolt» y «Me and Earl and the Dying Girl». Además, es el creador de la serie «This is us», un drama que se caracteriza por potentes historias que apelan a la emotividad, tal como su nuevo filme.
Además, se encuentra protagonizada por Oscar Isaac (Star Wars: Los Últimos Jedi), Olivia Wilde (Tron: El Legado), Olivia Cooke (Ready Player One), Antonio Banderas (Los 33) y Laia Costa (Newness).
La película se divide en cinco capítulos, presentándonos tres historias muy diferentes, en lugares y tiempos distintos, pero a la vez comparten
El primer capítulo comienza presentándonos a Abby y Will, una joven pareja que tras un amor fugaz e intenso se encuentran esperando su primera hija. Así, con algunos flashbacks logramos conocer su historia desde el inicio y una de la partes esenciales de la cinta. Nos muestra a Abby, en su época universitaria, justamente cuando está escribiendo su tesis, la cual se basa en la teoría de un narrador poco confiable, que puede mutar. También, plantea que los héroes se pueden convertir en villanos y viceversa, y que la vida puede alcanzar niveles vertiginosos.
La cinta demuestra que de la tragedia pueden surgir nuevos comienzos. Ahí mismo es donde se cae la cinta, el drama llega a convertirse en algo empalagoso, que puede molestar a más de alguno. La forma de contar historias de Dan Fogelman está marcada por un afán de hacer llorar al espectador, y en algunas ocasiones esta intención se sienta algo forzada.
Sin embargo, para disfrutar la película simplemente hay que dejarse llevar por el relato y no entrar a criticar cuáles son los elementos que funcionan o no. Lo que busca la cinta es apelar a la emociones y que espectador haga una reflexión entorno a ella. Sin duda, el ritmo frenético y caótico que puede existir en algunas momentos hará dudar de la fidelidad de la historia, pero al fin y al cabo esa es la magia de la ficción, llevarnos por caminos desconocidos y sorprendernos con elementos fuera de lugar.
Es una cinta para ver sin prejuicios ni barreras, que espera que conectar de cierta manera con quien la vea, cada una de las historias, por fantásticas que parezcan a ratos, tienen similitud con la realidad y pueden ser extrapoladas con las vivencias y testimonios personales.
«La Vida Misma» se encuentra en cartelera desde el 15 de noviembre.
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