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Llámame por tu nombre es la adaptación de la que todos hablaron el verano pasado. La historia entre Elio y Oliver conquistó a todos, y se hizo camino con varias nominaciones a los premios Oscar y ganando a mejor guión adaptado, enganchándonos con el alma de la historia.
Sinopsis: En una localidad de la costa de Italia, durante la década de los ochenta, la familia de Elio instauró la tradición de recibir en el verano a estudiantes o creadores jóvenes que, a cambio de alojamiento, ayudaran al cabeza de familia, catedrático, en sus compromisos culturales.
Oliver es el elegido este verano, un joven escritor norteamericano que pronto excita la imaginación de Elio. Durante las siguientes semanas, los impulsos ocultos de obsesión y miedo, fascinación y deseo intensificarán su pasión.
Luego de tamaño éxito, no podíamos quedarnos simplemente en la película, y pese a que tardó algunos meses, al fin tenemos la dicha de poder acceder al libro que inspiró la película, gracias a Me Gusta Leer Chile. Sin duda luego de haberse enamorado de la cinta es un poco complejo separar la imagen de los protagonistas al leer, pero es un detalle para nada molesto. Ahora, vamos directo a las páginas.
El libro está dominado por una prosa vertiginosa que es fiel reflejo del torbellino de emociones que acosan a Elio. Un flujo desbordado, espejo de un chico distinto que se ha criado entre libros, filosofía y una familia especial, pero que no por eso estará exento de atravesar todos los hitos que la adolescencia involucra.
Esta misma prosa nos entrega una versión mucho más rica de Elio, quien se enfrenta a si mismo y a sus pasiones, mientras aún intenta descubrir quien es y quien quiere ser, lo que significa el amor y en el camino intentar descifrar sus sentimientos. La forma en que está narrado todo me sumergió completamente en la piel de Elio, no así en la de Oliver, de quien no es tan buen complemento, más bien se mantiene esa imagen de admiración y fascinación que vivimos gracias al narrador. Es claro que el protagonista es el personaje de Elio y no la dupla, como a veces se confunde en la cinta.
La pasión fue palpable en cada párrafo, y era sumamente atrayente, pues no es solo una pasión carnal, si no que envuelve lo que la pasión misma significa, es confuso, latente y lo consume, pero también le da vida y le enseña a cuestionar y desafiar sus vivencias y a sí mismo.
Quizás si no conectaste mucho con el sentimiento durante la película te cueste conectar también con el libro, pues es realmente sobrecogedora la manera en que Elio relata lo que vive con Oliver y por Oliver, quien vuelve su vida un desafiante huracán.
La película es un excelente complemento al libro y se entiende el premio a mejor guión, pues si bien en la cinta es difícil lograr demostrar todo lo que pasa por la cabeza del protagonista y al ritmo al que lo hace, sí nos entrega esa visión de los hechos que te transporta totalmente al pasar las páginas, sobretodo aportando humanidad al papel de Oliver, pues vivirlo a través de los pensamientos de Elio es algo completamente diferente. No podría decir qué es mejor, simplemente que ambas experiencias van muy bien de la mano, pues la película te vuelve espectador y el libro omnipresente, cerrando el círculo en cuanto a vivir la historia se refiere.
Por último, si amaste la cinta sin duda el libro te atrapará desde el inicio, dándole un nuevo aire a la experiencia de «Llámame por tu nombre».
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