[Reseña] «Los Reyes de la arena»: El lado oscuro de George R.R Martin

Continuamos navegando por los mares no tan conocidos, pero igual de profundos de «las otras» historias de George R. R Martin, esas historias que nacieron antes de La Guardia de la noche y todo lo conocido en Westeros, pero que desde el inicio ya daban fe de su talento. 

«Los Reyes de la arena» es la tercera entrega de esta serie de libros que recopila las premiadas historias breves creadas por el autor, que se adentran en un terror muy visceral, que muy a menudo se confunde con la repulsión, y que a momentos no olvida lo fantástico que vive en el alma de Martin. 

Sinopsis: El protagonista de «Los reyes de la arena», novela corta que da título a esta antología, convive con criaturas que parecen insectos, pero no lo son; en su arrogancia, cree que puede imponer su voluntad sobre especies provenientes de otros planetas, sin considerar que hay criaturas igual de mortíferas e inteligentes que los humanos.

Martin es además un maestro para combinar géneros: «Tráfico de piel» es un relato noir con licántropos, y la mezcla de horror con ciencia ficción de «En la casa del Gusano» nos hace sentir nostalgia por un sol moribundo que no conoceremos jamás.

Todos tienen un lado oscuro que tira, y el de Martin es infinitamente curioso. Con historias que a veces parecen tan simples y comunes que podrían ser incluso probables, mientras que otras se alejan ahondando en lo más creativo del autor, espantando aún con personajes que poco se parecen a nosotros. Porque la empatía, clave a la hora de que se ericen los vellos al pasar las páginas, no se basa solo en la apariencia, si no en la personalidad particular que R.R Martin logra imprimirle a sus personajes: La búsqueda del triunfo, los problemas mundanos y el miedo a lo desconocido logran encontrar en ti su camino, aunque a primeras sientas que en nada te pareces al personaje del relato o a su macabra aventura.

En un principio sentí que esta entrega carecía del encanto de sus cuentos de fantasía y ciencia ficción, hasta que caí en la cuenta que estaba tan asqueada por estos como fascinada por los otros, y que ahí radicaba su magia. Con personajes que recaen en una especie de fijación con lo grande y mórbido, pero con historias diferentes y atractivas, puedo concluir que sus cuentos de terror son una faceta más que interesante del autor, y además una toma de aire para  todo aquel cansado del terror basado en gritos e «historias reales», que quiera renovarse con una serie de relatos de lectura fácil y rápida, con todo el sello de George R.R Martin.