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Estrenada mundialmente en el Festival de Miami, «Perro Bomba» es la ópera prima del director y guionista Juan Cáceres, la cual, ha sido premiada en varios certámenes, incluyendo Guadalajara, Málaga, Toulouse, Munich y Gramado. Su filme es un vistazo a la nueva cultura que existe en Chile, siendo un duro retrato de la xenofobia contra los migrantes haitianos en el país.
Sinopsis: Steevens es un joven migrante haitiano con una vida simple, estable y feliz en Chile. La llegada de Junior, un amigo de su infancia desestabiliza su cotidianidad cuando Steevens se involucra en una pelea que se viraliza y lo lleva a ser repudiado por su comunidad y amigos, perdiendo sus papeles y vivienda; a partir de ese momento deberá vagar por Santiago buscando trabajo, hogar, apoyo y una oportunidad para reiniciar su vida.
Dentro de la oferta cinematográfica nacional, producciones como “Perro Bomba” se convierten en una delicia a la hora de plasmar nuestra idiosincrasia. “Gloria”, “Ema”, “El Club”, son solo algunos títulos que han sido capaz de mostrar parte de nuestro patrimonio cultural como sociedad, adentrándose en las distintas realidades que contrastan en nuestro país.
“Perro Bomba” nos lleva dentro de la comunidad haitiana, en una suerte de película-documental. Donde su director apostó por rodar, sin un gran presupuesto, por los barrios bajos del gran Santiago; lugar en el que, pese al entorno austero y solitario, somos testigos de bellas postales de la ciudad, de cruzadas sociales, que actúan sin fines de lucro; y de la solidaridad por parte de chilenos que no tienen nada que perder, porque ya lo han perdido todo.
La historia nos muestra la realidad de nuestro nuevo país; uno donde conviven distintas culturas, marcadas por una masiva migración y en donde la discriminación está a la orden del día.
La difícil situación por la que atraviesan los inmigrantes en nuestro país es el eje central de la película, a través de su protagonista Steevens Benjamin, quien ve truncado su futuro, al defender a un compatriota de los vejámenes sufridos por parte de sus compañeros de trabajo y de su empleador. De ahí en adelante, este joven haitiano ve como las puertas comienzan a cerrarse, pero manteniendo siempre viva la esperanza.
Sin duda que “Perro Bomba” (que significa “sapo”, “acusete”), se convierte en un agudo y certero retrato de una realidad que, pese a estar inserta en nuestra sociedad actual, permanece entre las sombras. Al igual que el impune actuar de ciertas personas que se aprovechan de la precariedad y necesidad de los inmigrantes.
Un mérito seguro para su director, quien debuta en grande con una de las mejores películas chilenas de este año, demostrando que es hora de avanzar y dejar de contar las mismas historias de siempre (como Wood y su cine político), ya que la nueva camada de cineastas nacionales tienen bastante de qué hablar.
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