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Sinopsis: El legendario cineasta Sam Raimi y el director Gil Kenan contemporizan la historia de un clásico sobre una familia cuya casa es invadida por unos malvados espíritus. Cuando estos espíritus terroríficos intensifican sus ataques y secuestran a la hija menor, la familia deberá unirse para rescatarla.
Para los remakes en general, es difícil superar la versión original, esto porque deben tratar de impresionar a dos generaciones: la generación que vio la película original y la nueva generación, que cada vez es más exigente. “Poltergeist: Juegos Diabólicos” llega a los cines con un desafió aún mayor: el de asustar; labor bastante difícil hoy en día.
Partiré diciendo que hace pocas semanas vi “Poltergeist” (1982), la original. Un clásico de los años 80’s que logró atrapar a toda una generación; el filme en el que la tan querida televisión (en esa época la TV era como hoy es el celular) trasmitía más que solo imágenes bonitas. Tan así que -según las personas mayores- se dice que la cinta logró que durante un buen tiempo muchos se negasen a ver la pantalla de televisión cuando ésta no estuviese sintonizada (brígido). La original “Poltergeist” era de esas películas de terror que más que preocuparse de asustar, tenía un contenido, una base para explicar los sucesos que acontecían a la familia de turno.
Ya en el 2015, y de la mano de Sam Raimi (Evil Dead) como productor, y Gil Kenan asumiendo la dirección del proyecto. «Poltergeist: Juegos Diabólicos» parece preocuparse de no quedar mal con la cinta original, una labor que lamentablemente queda en la idea. Pesé a que es fiel a la ochentera, está nueva entrega se preocupa mucho de asustar y de los efectos especiales, y bien poco de su historia.
Cambiando ciertos detalles, la película pierde la esencia de la original, ya no te explican la historia de la familia; parece ser que ésta nueva familia no tiene conexión con la casa y los espíritus (solo tienen mala suerte).
Asimismo, se cambia a un personaje importante (que daba cierto terror y oscuridad a la película), por un personaje más bien cómico, que no logra ayudar a la cinta en su afán por intentar asustar al espectador.
Con efectos especiales de nuestra época, la nueva “Poltergeist” termina quedándose corta ante su predecesora; un filme de terror que solo asusta al público fácil. Puede que entretenga a las nuevas generaciones, pero será una de esas películas que quedarán en el olvido.
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